Editorial de Peninsular Punto Medio

Mañana jueves la presidenta electa Claudia Sheinbaum Pardo dará a conocer otros seis nombramientos de secretarios de estado, pero el panorama se le “ha complicado” por la queja de Gerardo Fernández Noroña, quien ya levantó la voz (y la mano) para presidir la Cámara de Senadores o bien, ocupar una plaza entre los hombres fuertes de la administración federal.

Tiene un argumento que no deja lugar a dudas que tiene la razón: quedó tercero en la encuesta que aplicó Morena para seleccionar a su coordinador nacional de los Comités de Defensas de la Cuarta Transformación, cargo que después se convirtió en la candidatura presidencial y que arrasó en las elecciones del 2 de junio.

El segundo lugar fue Marcelo Ebrard, quien se inconformó tras no ganar la encuesta, criticó el proceso interno y llegó a declarar que “con esa señora (Sheinbaum) no iba a acordar nada”. Pese a ello será el próximo secretario de Economía a partir del 1 de octubre. Su meta, ya todos la sabemos, es trabajar desde allí su candidatura presidencial en el 2030.

Pero Fernández Noroña no está solo, miles de sus seguidores han hecho suya su propuesta y ello obligó a Sheinbaum Pardo a pedir calma al todavía diputado federal y reconocer que es “un compañero queridísimo”.

Hay que reconocer que Noroña dio batalla en el proceso interno de Morena a través de las redes sociales y después como vocero de Claudia Sheinbaum. Nadie le puede regatear que es un férreo defensor de la Cuarta Transformación y eso le ha granjeado la simpatía de miles de seguidores del propio presidente Andrés Manuel López Obrador.

Ahora ha levantado la voz y hasta la propia Claudia Sheinbaum tiene que escucharlo.