Editorial de Peninsular Punto Medio

Las reacciones al interior del Partido Revolucionario Institucional (PRI), tras el cambio a los estatutos del pasado domingo, están al rojo vivo y la metralla en contra del dirigente Alejandro Moreno Cárdenas subió de tono ayer.

El dirigente se defendió al asegurar que los medios de comunicación dan voz a los contrarios, entre ellos a la exgobernadora de Yucatán, Dulce María Sauri Riancho, quienes, dijo, no se les vio haciendo campaña por el PRI en el pasado proceso electoral.

Es más, en rueda de prensa llegó a sugerir que la oposición al interior de su partido es alimentada por el Gobierno Federal, pues aquellos quieren entregarlo a la Cuarta Transformación.

Además, el dirigente campechano se lanzó con todo contra la oposición, y sacó muchos “trapos sucios” del pasado tricolor, citando, por ejemplo, que Sauri Riancho no renunció en el 2000, cuando perdieron por primera vez la presidencia de México y el candidato fue Francisco Labastida Ochoa.

Del excandidato presidencial dijo que fue beneficiado por el “Pemexgate”, en donde más de mil millones de pesos fueron desviados a la campaña presidencial.

“El Pemexgate y la multa que se aplicó al PRI comenzó con la debacle en el desprestigio de nuestro partido”, recalcó.

Sobre el senador electo Manlio Fabio Beltrones, que también está contra la permanencia de la dirigencia en el cargo, ya que con los cambios al estatuto se podrán reelegir otra dos veces, “Alito” Moreno dijo que estuvo relacionado en el atentado a Luis Donaldo Colosio Murrieta. Y entre todos, afirmó, llevaron al PRI a la debacle electoral.