El peso mexicano vive sus días más negros de la presente administración, pues sumado a que se ha ido deslizando con relación al dólar, ayer rebasó los 20 por dólar como consecuencia del “lunes negro” que se vivió en las bolsas del mundo.
Este escenario de retroceso en el mundo de las finanzas se debió a que en Japón se aplicó un aumento en las tasas de interés y en Estados Unidos se publicó un dato de desempleo que no fue leído bien por el mercado bursátil de todo el mundo.
Lógicamente no se debió a un problema interno la depreciación del peso frente al dólar, pero eso no significa que los efectos no se resientan en la economía mexicana.
Tanto el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador como la presidenta electa, Claudia Sheinbaum Pardo, destacaron la fortaleza de la economía mexicana, lo que ayudará a que la debacle no se resienta mucho, pero es un hecho que los daños inmediatos ahí están.
López Obrador como la próxima presidenta de México, Sheinbaum Pardo, destacaron la solidez de la economía en los últimos años, así como la inversión extranjera directa y los programas sociales, como bases para que se estabilice la economía en los próximos días.
Más concreto, el mandatario federal sostuvo que, gracias al récord de reservas internacionales del Banco de México y la apreciación constante del peso mexicano durante el Gobierno de la Cuarta Transformación, la economía nacional resistirá la reciente inestabilidad en los mercados financieros internacionales.
“Tenemos un margen de protección. No nos afecta tanto porque nuestras finanzas están muy fuertes. Desde luego, somos vecinos de Estados Unidos, hay integración económica y afecta a todo el mundo, afecta en Japón, pero nosotros podemos resistir”, afirmó.