Editorial de Peninsular Punto Medio

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, habló el domingo en la plaza pública con motivo de su sexto y último informe de Gobierno.

A muchos gustó y a otros no, pero se trató de un ejercicio necesario para saber el estado de las cosas, por lo menos la versión oficial.

Ayer lunes se tomaron muchas lecturas al informe presidencial, bien en radio, televisión, prensa escrita o redes sociales, pero López Obrador, hay que reconocerlo, volvió a mostrar que tiene de su lado a buena parte de los mexicanos.Por ello vale la pena anotar aquí su mensaje de despedida, en donde reiteró que se retirará de la vida pública el 1 de octubre después de entregar la banda presidencial a Claudia Sheinbaum Pardo, a quien reafirmó su confianza para que encabece la continuidad del proyecto de transformación y consolide algunas acciones pendientes.

“Me voy también tranquilo porque a quien entregaré la banda presidencial por mandato del pueblo es una mujer excepcional, experimentada, honesta y, sobre todo, de buenos sentimientos, de buen corazón; afín a los principios fundacionales de nuestro movimiento de transformación y auténtica defensora de la igualdad, la libertad, la justicia, la democracia y la soberanía: Claudia Sheinbaum Pardo”.

Y recalcó: “Tengamos presente que la vida es demasiado corta para desperdiciarla en cosas que no valen la pena. Y no olvidemos nunca, jamás, que la felicidad no reside en el dinero, en las posesiones materiales, en los títulos, ni en la fama ni en la búsqueda del poder por el poder. La felicidad es estar bien con un mismo, con nuestra consciencia y con el prójimo”.