Editorial de Peninsular Punto Medio

A unas pocas horas de concluir este 2024 y luego de una retrospectiva de lo que vivimos este año, nos damos cuenta de que, a pesar de que terminamos con un mundo que parece más dividido y más polarizado que nunca, hay más cosas que como sociedad nos unen que las que nos separan.

Hay que aprender a reconocer que, al final del día, la mayoría de los yucatecos lo que queremos es que haya amor, paz y espacios seguros donde logremos ser escuchados y aceptados.

Vivimos en un tiempo en el que las opiniones vuelan más rápido que las palabras amables. Las redes sociales, los titulares incendiarios y las conversaciones en la mesa se han convertido, muchas veces, en campos de batalla.

Es por ello que debemos aprender a tender puentes, a evitar que los cambios rompan lazos que unen cosas importantes como el trabajar por un bien común para que a todos como sociedad nos vaya bien, evitar confrontaciones y aceptar nuevas realidades que nos permitan practicar la resiliencia.

Las diferencias son inevitables, pero eso no significa que no podamos encontrar puntos de encuentro. Es más lo que nos une: el deseo de un futuro mejor, de ver crecer a nuestras familias y de construir un Estado para todas y todos.

Desde esta redacción deseamos que el 2025 sea un año lleno de escucha, conversaciones  y  momentos en los que, pese a las diferencias, siempre se recuerde el objetivo final: mantenernos en unión.