Editorial de Peninsular Punto Medio

Con el anuncio del programa piloto de descacharrización, la alcaldesa de Mérida, Cecilia Patrón Laviada, demuestra que tiene los diagnósticos y que para solucionar los problemas hay que ir al fondo del asunto.

Al anunciar la remodelación del parque de la colonia Bojórquez, el “infierno”, ya que es la casa de los Diablos que juegan en la Liga Meridana de Béisbol, dijo que busca extender la colecta de cacharros, y que no únicamente se realice en la temporada de lluvias, ya que es demasiada la cantidad de desperdicios que depositan los meridanos y los volquetes no se dan abasto.

Lo peor es que, pese a que el programa lleva varios años de realizarse y se da a conocer el calendario, no faltan los vecinos que no se enteran a tiempo y no dejan de sacar sus cacharros, que en ocasiones ya hasta se recogieron en esa esquina y para que vuelvan a retirarlos tardará un buen tiempo.

El programa piloto se realizó en una colonia y un fraccionamiento y se espera aplicarlo durante varios meses.

Igual para reducir los baches intensificará esta labor, buscarán taparlos antes de las lluvias para que cuando éstas caigan los huecos reparados tuvieron el tiempo suficiente para afianzarse y cuando lleguen las lluvias se abrirían menos.

El objetivo es que el programa intensificado de bacheo se realiza en temporada de lluvias y ahora se estaría bacheando meses antes. Es cierto que para acabar de fondo este problema se requieren muchos recursos, ya que el 60 por ciento de las calles meridanas deben ser repavimentadas totalmente porque tienen más de 50 años de antigüedad. 

Se habla de que se requieren 4 mil millones de pesos, cuando el presupuesto de la ciudad es poco más de 6 mil millones de pesos, así que la varita mágica no existe, pero con buena planeación se puede reducir de manera notoria el problema.