Editorial de Peninsular Punto Medio

Tekit, Yucatán, se volvió ayer el epicentro de la noticia a nivel estatal, con resonancia nacional e internacional.

Y no por la tradicional guayabera, prenda de vestir que todos usamos en esta tierra para nuestras fiestas y reuniones. No. Fue por algo más terrible y difícil de contar: el linchamiento de una persona en un acto conocido como justicia por mano propia.

La noticia en sí es impactante, pero más los motivos y consecuencias.

Nadie sabe qué va a pasar de ahora en adelante, pues en otros lugares, en escenarios parecidos, la gente ya sabe que puede tomar justicia por propia mano (aunque también es venganza), con la salvedad que donde fueron todos no hay responsables.

Es por ello que el mensaje del gobernador Joaquín Díaz Mena cobra importancia: prometió que se investigarán los hechos y la justicia prevalecerá en Tekit.

Enfatizó que Yucatán es y continuará siendo un estado de paz, subrayando los valores de solidaridad, respeto a la ley y convivencia armónica que distinguen a la sociedad yucateca.

“Yucatán es y seguirá siendo un estado de paz. Los yucatecos no somos así. Somos un pueblo que ha construido su identidad sobre la paz, la solidaridad y el respeto a la ley. No podemos permitir que el enojo nos haga olvidar estos valores que nos distinguen como pueblo, pues esto nos afectaría terriblemente”, expresó.

Díaz Mena hizo un llamado a la unidad y al apego a los valores fundamentales que han caracterizado a los yucatecos a lo largo de los años.

“Solo juntos, desde la justicia y la solidaridad, podremos garantizar la paz que Yucatán merece”, concluyó.

Y es que, ninguna desesperación o falta de credibilidad en las autoridades puede justificar la justicia en propia mano. El sistema de justicia, por imperfecta que sea, es la única autorizada para imponer penas.