El dolor es un sentimiento humano que acompaña la vida en todos los aspectos, es inexorable a nosotros, nos acompaña y muchas veces es catártico.
Al amor ya le he dedicado algunas otras palabras en otras entregas de este espacio, pero ante lo visceral que encuentran los artistas para decir algo, es imposible no encontrarse con el sentimiento plasmado en versos, imágenes o canciones.
Hablar del amor significa tocar fibras sensibles en las que también se ven inmiscuidos los aspectos dolorosos del desamor y del vacío emocional. Pocas son las obras comerciales que nos llegan de otros lados del planeta con esta temática. De la trama del desamor y las motivaciones psicológicas se desprende la obra titulada como Kuzu no honkai.
Aquí encontraremos la historia de Hanabi Yasuraoka y Mugi Awaya, dos adolescentes japoneses que asisten al colegio juntos. Ambos son atractivos, ambos tienen cierto parecido. Salen juntos y ante las miradas externas podrían pasar por la pareja perfecta, pero ambos ocultan algo: están enamorados de personas diferentes.
Pese a lo poco original que se lee su argumento y a lo genérico que parecen sus protagonistas en este producto hay que resaltar la estética y lo bien cuidada que está la animación. El apartado de la ambientación tiene una estrella de más.
A lo largo de la serie se nos muestran a unos personajes realistas, que sienten de manera no genérica y que van avanzando en la trama no a través de acciones, sino de pensamientos profundos y de sentimientos. Son estos personajes los que le dan vida a esta serie. Además de Hanabi y de Mugi tenemos a más personajes que componen un reparto coral.
Narumi Kanai, vecino de Hanabi y su profesor, es una persona muy cercana a la vida de la chica; Akane Minagawa, profesora de música en el instituto e interés amoroso de Narumi; Sanae Ebato, mejor amiga de Hanabi, y por último Noriko Kamomebata, amiga de la infancia de Mugi. Todos estos personajes están relacionados bajo un tópico bastante obvio, el amor. O debería decir con mayor franqueza… el desamor.
En sus episodios se tocan temas importantes en la adolescencia y de una forma magistral y poco morbosa, el despertar sexual, el vacío emocional y el sentirse querido, que son claves para la trama. Cada una de estas escenas y temáticas ayudan a comprender a los personajes y la profundidad de sus acciones.
Una oda al desamor en todo su esplendor con personajes que reflejan sus inseguridades, sus pensamientos profundos y las consecuencias de esto en su vida. Complejo en sus proposiciones, pero sencillo en su forma; una muestra de que el amor duele aunque no debería.