El Arte Fantástico de Mario Martín del Campo

DESDE NIÑO las bicicletas han atraído fuertemente su atención y por eso no pueden faltar en la exposición “Origen y Poemas” que presenta desde la noche de hoy en el Museo de Arte Contemporáneo de Yucatán, donde un artista jalisciense nos lleva por un mundo de fantasía en el que con diversos materiales forja animales fantásticos combinados con instrumentos musicales como el “perro chapulín” o su “gato violín”, que forman parte del mundo de Mario Martín del Campo.
Son en total 80 piezas las que podrá admirar el público yucateco en su visita al Macay, y que tienen su origen en el surrealismo mágico o el realismo fantástico.
“Es mi realidad, son las cosas que me gusta hacer, tengo juguetes, pintura, dibujo, escultura, arte objeto, orfebrería en plata con maderas preciosas, es una exposición que Carlos García Ponce vio en la ciudad de México y me invitó a traerla a Mérida, una ciudad a la que por tercera vez vengo a presentar mi trabajo”, dijo a Punto Medio.
Recordó que desde los 12 o 13 años comenzó a sentir gusto por el arte, lo que lo llevó a estudiar a la escuela de arte de San Carlos en la Ciudad de México.
“Después de que terminó el movimiento del 68 me casé y entre a trabajar en una compañía, pero no dejé de pintar y comencé a exponer”, dijo este singular artista quien a la fecha lleva más de 70 exposiciones individuales y cuya obra pertenece a diversas colecciones en museos de Nueva York, Montreal, Chicago, Cali, y por supuesto, de diversas ciudades de México.
Al platicar con este artista, se puede apreciar su manera de ver al mundo con ojos de niño, que sin atavismos deja volar su imaginación para crear pájaros formados de una tijera con zapatos cubanos de esos de dos colores, el blanco y el negro que representan la dualidad de la luz y la sombra.
“Hago muchos animales caballos, perros, pájaros, una zoología que recreo y que da para muchas cosas, como tener a un caballo con zapatos, pero también disfruto y me divierto mucho haciendo juguetes y bicicletas torcidas, que así son como les quedan a los ciclistas cuando se caían de ellas, me gusta mucho ese deporte y la forma de la bicicleta”, dice el maestro quien recalca que no se inspiró en (Salvador) Dalí.
En quien sí se inspiró para hacer una de estas obras en madera fue en un viejito que conoció en la población de Tecapatla, Puebla, que tenía una bicicleta con rayos, manubrios y hasta la cadena elaborada de madera y que con ella se fue hasta la capital.
“Me impresionó mucho y por ello hice esta y otras más que están hasta en dibujo”, dijo este artista nacido en 1945, y que recomienda a los artistas jóvenes que aunque se dediquen a las artes visuales, practiquen el dibujo, la pintura y la escultura.
“Hay que regresar al origen del ideario de la forma, al origen de la honestidad y el trabajo, la creatividad y la ilusión de querer dejar algo para las otras generaciones”, finalizó.

 

Texto: Manuel Pool
Foto: Juliana Sepúlveda

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