A menos de un mes de realizarse las elecciones, el arzobispo de Yucatán, Gustavo Rodríguez Vega, pidió a los fieles que no se dejen intimidar por ningún tipo de amenazas, ni vendan su compromiso por alguna dádiva. Hay que demostrar nuestro amor por México y el interés por el bien común, por lo que esto significa a votar positivamente, es decir, sin anular nuestro voto, porque cuentan todos y cada uno de ellos.
Al oficiar la homilía en la Catedral de San Ildefonso, dijo que “¡qué nuestra santísima Madre de Guadalupe interceda por nuestra Patria!”.
Indicó que después de haber visto el segundo debate de los tres candidatos a ocupar la presidencia de la República, seguramente se están más ilustrados y preparados para las elecciones que se realizarán dentro de un mes.
Mencionó que por eso les quiere recordar el mensaje de los obispos de México del pasado 11 de abril, al terminar la CXVI Asamblea del Episcopado. En su n. 7, el mensaje dice: “Nuestro amor por México nos impulsa a invitar a todos los mexicanos mayores de 18 años a que el próximo 2 de junio participen responsablemente con su voto. Ese día se elegirán más de 20,000 mil cargos públicos federales, estales y locales”, recalcó.
Refirió que como ciudadanos mexicanos responsables hay que poner todo lo que esté de nuestra parte para que las próximas elecciones sean pacíficas, ordenadas, libres, conscientes, fiables y con resultados auténticos y veraces.
“Unámonos todos los mexicanos que estamos dispuestos a participar responsablemente por construir un México unido, próspero, educado, seguro, pacífico, libre, desarrollado, incluyente y abierto a todo lo que contribuya al bien común. Hagamos que nuestro voto razonado y responsable sea escuchado y respetado. ¡Participar es una misión que nos toca a todos!”, resaltó.
Expresó que, en la primera lectura, tomada del Libro de los Hechos de los Apóstoles, Pedro tiene la experiencia de ser el primero en abrir la puerta a los paganos, a la pertenencia en la Iglesia. “Hoy nos parece lo más natural y aceptable que la Iglesia haya salido del ámbito del judaísmo abriéndose a todos los pueblos, pero para quien dio ese primer paso no fue fácil, teniendo luego que rendir cuentas a la Iglesia de porqué lo hizo. Será hasta el Concilio de Jerusalén donde se acepte y regule la pertenencia de los paganos a la Iglesia, sin las exigencias propias del judaísmo”, refirió.
Señaló que este pasaje denota claramente cómo Pedro, quien recibió la misión de ser la piedra donde Cristo quiso construir su Iglesia, fue acompañado por la gracia de Dios en su ministerio, para que con su autoridad vaya guiando el paso seguro de la Iglesia.
Reiteró que Jesús les dijo a sus discípulos que tendría aún muchas cosas qué decirles todavía, pero que el Espíritu Santo los iría guiando a la verdad plena (cfr. Jn 16, 12). Así, a través de los siglos, la Iglesia ha ido avanzando bajo la guía de Pedro hacia nuevos escenarios por donde nos acompaña el Espíritu, y sin perder la esencia de nuestra fe, seguir ahondando en los tesoros de la revelación, para comprender cada día un poco más lo necesario para caminar como Iglesia en nuestro tiempo.
Mencionó que hoy también, el papa Francisco, heredero del ministerio de Pedro, tiene que ir dando nuevos pasos, y tras de él, toda la Iglesia, la cual camina segura bajo la conducción del Espíritu Santo que va iluminando a Pedro.
“Así como no fue fácil para los primeros cristianos entender y aceptar que Pedro bautizara a un grupo de paganos convertidos, ahora para muchos católicos les es difícil entender y aceptar los pasos que el papa Francisco ha dado para que la Iglesia considere como parte de sus deberes la atención a los migrantes, el cuidado integral de la creación, la atención fraterna a los divorciados vueltos a casar y el diálogo fraterno con todos los hombres y mujeres de buena voluntad, así como otros pasos más. No cabe duda de que el Espíritu está soplando fuerte en nuestros días”, apuntó.
Texto y foto: Darwin Ail