Ángel Canul Escalante
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Para que un sistema funcione es necesario que todas las partes que lo componen realicen su trabajo sin flaquear demasiado. Ahora bien, para que un sistema también se mantenga a lo largo del tiempo debe tener dentro de sus componentes algunos que tengan como función el procurar que cada una de las demás partes continúen con el rol que les corresponde y, por otro lado, encargarse también de reparar o moldear aquellas otras partes que no están funcionando correctamente o de plano deshacerse de ellas.
En el capitalismo neoliberal una persona que no está produciendo y siendo eficiente se considera alguien que no es funcional. De esta forma, la persona es reducida al papel del engranaje que debe ser reparado o desechado. La psicología toma entonces la tarea de ser ese componente, esa parte del sistema que se encarga de corregir a aquellos que están entorpeciendo el libre flujo del capital.
Responsabilizar al individuo de sus problemas y de cómo estos le afectan es en lo que se traduce la típica consulta con el psicólogo. La psicología no tiene como finalidad cambiar las causas estructurales y materiales que originan el malestar mental de toda una población, sino únicamente tiene como fin, e incluso alcance, el individuo y su propia percepción.
Al final, la persona promedio tiene que volver resignado a ese mismo sistema que lo enfermó y lo culpó por no ser capaz de tolerar el estrés y la frustración.