El Cementerio General de Mérida: Una joya del patrimonio cultural

Por sus espectaculares mausoleos y el gran número de esculturas funerarias de gran calidad, elaboradas con mármol de carrara y otros materiales que dan cuenta de una época de esplendor ligada al oro verde, el Cementerio General de Mérida es considerado un museo al aire libre.

Al recorrer el bulevar de acceso y ver estas estupendas obras de arte, podemos darnos cuenta de que son una manera de conocer aspectos de la vida diaria a finales del Siglo XIX, como la historia de una mujer muy joven y bonita que a pesar de que su madre le pedió que no lo hiciera, se fue a un baile dejando en casa a su marido enfermo.

Al respecto el especialista en patrimonio edificado Jorge Jiménez Ricalde, explicó a Punto Medio que la escena, que quedó inmortalizada en una hermosa escultura de mármol, corresponde al momento en el que la mujer regresó a su casa, y se le aprecia levantando la sabana debajo de la que yacía inerte el cuerpo de su esposo.

-Muchos de estos monumentos tienen una historia poco conocida, como la que gira en torno a la de un ángel ubicada en la cúspide de una columna, que da cuenta de los excesos de un grupo de burócratas que alcoholizados hicieron alarde de su poder y lanzaron varios disparos al aire, pegándole un proyectil justo al dedo índice de esta escultura que desde hace mucho tiempo se mantiene en el mismo estado en la calzada principal– detalló el entrevistado.

En la misma arteria, que es la que va de la calle 81 a lo que fuera la casa principal de la Hacienda ganadera San Antonio Xcojolté, el visitante puede encontrarse con la tumba más antigua de la que se tenga registro en el lugar, la de don Joaquín Espinosa Cantón, que según se lee en la lápida, falleció el 26 de octubre de 1859.

Pero esta persona no fue la primera en ser enterrada en el lugar, que se inauguró el 21 de octubre de 1821, hace 197 años, ya que este fue el teniente Felipe Trejo, quien fue inhumado el 3 de noviembre de ese mismo año.

-Imagínese usted el panorama que en ese entonces había, ya que solo existía esta calle principal y la casona de la hacienda de la cual solo se conservan los abrevaderos, y el cuarto en el que se encontraba la capilla dedicada a San Antonio de Padua– comentó el entrevistado.

En este caso se puede apreciar que a la tumba se le ha dado mantenimiento, y que se ha modificado con una lápida en la que de manera colectiva se enlista a todas las personas cuyos restos áridos se han depositado en el lugar; sin embargo, hay mausoleos muy bellos que eran verdaderas capillitas con estilo gótico que se encuentran prácticamente en el abandono.

Tal es el caso del que perteneció a la familia Zavala que según se aprecia en el altar, al que se puede ingresar libremente después de sortear los pedazos de mármol de la bella fachada, que se concluyó su edificación el dos de junio de 1898.

Actualmente hay vigilantes en la zona que evitan que alguien pudiera hurtar este preciado material, pero con anterioridad ocurrió que inclusive una noche llegó un camión con una grúa que según cuentan testigos, sirvió para levantar una de esas bellas esculturas de mármol, la cual se llevaron con rumbo desconocido.

-Esto fue lo que dio pie a que se hicieran los esfuerzos necesarios para que se integrara la Asociación Yucateca de Especialistas en Restauración y Conservación del Patrimonio Edificado, A. C., que logró que se declarara al cementerio general como Zona de Patrimonio Cultural– subrayó.

También se logró que la autoridad municipal cediera la casona en comodato para ser desde de esta agrupación que preside Lindbergh Herrera Balam, y que se integra por profesionistas e investigadores en los campos de la arquitectura, antropología, arqueología, museografía, fotografía e ingeniería, interesados en el patrimonio material e inmaterial relativos a la Cultura de la República Mexicana, conforme a las leyes vigentes.

-En este lugar se espera tener pronto el Museo de la Muerte, pero mientras tanto se organizan diversas actividades como la muestra fotográfica “De cal y trapos”, del maestro Humberto Suaste, además de que recientemente se han organizado hasta funciones de títeres para hacer conciencia en los niños y sus familias acerca de la importancia de cuidar del patrimonio edificado– concluyó.

Texto y fotos: Manuel Pool

 

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