El tercer capítulo de la Serie Mundial 2016 se rodará el viernes en Wrigley Field, este icónico y pintoresco estadio enclavado en los barrios del norte de la ciudad. Las ramas que cubren los muros en los jardines empiezan a cambiar de color, de verde a rojo, señal inequívoca del otoño.
Han transcurrido 71 años desde la última vez que el parque albergó un partido de la Serie Mundial.
“Es el escenario más puro del deporte profesional”, destacó el manager de los Cachorros, Joe Maddon.
Javier Báez, el segunda base puertorriqueño de los Cachorros, presagia un ambiente mucho más exultante al de hace una semana, cuando el festejo tras la conquista de la Liga Nacional se extendió hasta el amanecer del domingo.
“Si eso fue una locura, el viernes lo volverá a ser. Nuestros fanáticos han esperado mucho tiempo por este momento”, dijo Báez. “Pero nosotros tenemos que manejarnos con calma, un juego a la vez. Tenemos que saber que no se puede ganar cuatro juegos en uno”.
Kyle Hendricks, el derecho que tuvo el mejor promedio de efectividad en las mayores con 2.13, será el abridor de los Cachorros tras lanzar siete innings y un tercio en blanco durante la victoria contra los Dodgers que rubricó el banderín de la Nacional. Su rival será el también derecho Josh Tomlin, triunfador en sus dos aperturas de postemporada para una efectividad de 2.53.
Por otro lado, el toletero de los Cachorros de Chicago Kyle Schwarber se quedará con la responsabilidad de bateador emergente durante los partidos de la Serie Mundial en el Wrigley Field, luego de no ser dado de alta para jugar como jardinero.– Agencias/ESPN