El deporte se vive intensamente

Mary Carmen Rosado Mota

@mary_rosmot

latribunaesnuestra@gmail.com

Cconfieso que desde que se anunció la llegada de la secuela de Intensamente (2015) me llené de emoción y mucha expectativa de lo que nos presentaría esta nueva entrega cinematográfica, dado que la primera parte es una de las grandes películas animadas que he visto, y, por supuesto, no me equivoqué cuando fui al cine para maravillarme con el regreso de Riley y todas sus emociones, pero mi verdadera sorpresa fue que la trama de esta película tiene un contexto deportivo. Así hoy te comparto, sin muchos spoilers, algunos de los aprendizajes que me dejó Intensamente 2.

Mujeres como referentes

Uno de los nuevos personajes que nos presenta la película es Valentina Ortiz, la estrella del equipo de hockey “Firehawks”, una joven amable y despreocupada que disfruta de su deporte al mismo tiempo que se esfuerza por superarse día con día. Lo que más me gustó de este personaje es la admiración que siente Riley por ella, conoce perfectamente su historia y los logros que ha obtenido con su equipo, es su modelo para seguir dentro del mismo deporte y es que, algunas veces, hace falta que las niñas y jóvenes identifiquen a mujeres que puedan servir de inspiración dentro de su misma disciplina deportiva.

Los sueños se comparten

Así mismo al inicio de la película podemos observar tanto al papá como a la mamá de Riley entre la porra del equipo durante la final estatal apoyando al equipo de su hija, saltan, cantan y se muestran realmente emocionados de verla en el hielo, lo que me pareció tan importante para el desarrollo del deporte, sobre todo en la infancia. Cuando nuestra familia comparte nuestros propios sueños el camino para hacerlos realidad es un poco menos tedioso que si tuviésemos que convencerlos de apoyar el gusto que sentimos por un deporte, sin duda, el respaldo de las familias forja atletas para el mañana.

Rivales sí, enemigas nunca

Entre los momentos de tensión que encontramos en la película es la relación que se ve un poco fracturada entre Riley y sus mejores amigas durante el campamento de visorias (claro, producto del descontrol en el cuartel de emociones). En un momento decisivo para el rumbo deportivo de las adolescentes se dan cuenta de que, aunque están en diferentes equipos y dentro de la pista de hielo son rivales que buscan derrotar al otro conjunto, en realidad nunca serán enemigas porque ahí donde las necesitemos nuestras amigas siempre nos demostrarán el poder del vínculo que hemos construido.

El deporte se vive

intensamente

Finalmente, si hay algo que nos deja muy claro esta película desde sus primeros dos minutos es que necesitamos de todas nuestras emociones y de muchos sentimientos para practicar deporte. En muchas ocasiones tendremos situaciones que nos hagan sentir molestia por una derrota o tristeza por no haberlo hecho mejor, incluso, miedo de volver a fracasar o alegría en nuestras victorias, pero todo eso que sentimos será necesario para ser nuestras mejores versiones, porque el deporte que se disfruta es aquel que vivimos intensamente.