EL EDITORIAL

Luego de la polémica por los hechos violentos que ocurrieron en el marco del informe del gobernador Mauricio Vila, todos sabían que vendría reacciones de todo tipo y que la sartén caliente todavía iba a tardar en enfriarse.

Sin embargo, ayer hubo una declaración del mandatario que da para la reflexión profunda y minuciosa, ya que trae muchas implicaciones detrás y muchos mensajes que algunos podrían considerar como incorrectos.

En la inauguración de una fábrica de vidrio realizada por una reconocida empresa yucateca, el gobernador afirmó que en la marcha realizada el domingo había ciudadanos honestos, pero que también se encontraban alrededor de 50 “agitadores profesionales que no eran del estado”.

Esta declaración nos hace creer que el Gobierno del Estado ya tiene información verificada de este medio centenar de personas para que la máxima autoridad en el estado diga que eran agitadores profesionales. Además, como colofón tenemos que al parecer no eran de la entidad.

El culpar a los que son de fuera de ser los responsables de los hechos violentos en el estado ya se está convirtiendo en una muy mala costumbre que no debe arraigarse en el discurso político del gobierno, ya que este tipo de declaraciones traen dentro de si una carga de xenofobia que, al final, también es un tipo de violencia.

Sí, queremos seguir siendo pacíficos y mantener nuestras tradiciones, pero para eso no es necesario culpar de todo a las personas de otros estados. Ese no es el camino para mantener nuestra seguridad.

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