Carlos Pérez
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No sabemos cuándo inició esta necesidad de trabajar con los colaboradores dentro de las empresas, algunos dicen que fue la pandemia, otros que es el estrés que se vive en la sociedad hoy en día, otros se lo atribuyen a las nuevas formas de pensar de las nuevas generaciones, pero si sabemos que la inteligencia emocional, entendida como la habilidad para comprender y gestionar las emociones y las de los demás, se ha convertido en un componente esencial en el entorno empresarial actual, por lo que promover estas habilidades nos proporciona estructuras de comunicación más abiertas y sólidas, lo que reduce los malentendidos y mejora la toma de decisiones.
Los beneficios en los colaboradores con una inteligencia emocional bien trabajada y desarrollada son varios, entre ellos, un mejor manejo del estrés, tomar decisiones más equilibradas y relacionarse de forma efectiva con sus compañeros y clientes. Un buen ejemplo para mencionar es cuando en el área de servicio al cliente, con empleados emocionalmente fuertes pueden transformar una queja en una oportunidad de fidelización, manteniendo una actitud empática y de solución. Otro caso puede suceder cuando en proyectos colaborativos surgen desacuerdos, pero con integrantes con una sólida inteligencia emocional sabrán expresar sus puntos de vista sin agresividad y podrá llegar a negociar alternativas viables.
En México esta situación de la problemática emocional en las empresas está causando altos niveles de estrés y desgaste emocional en los centros de trabajo donde cada vez son más visibles, algunas están implementando algunas estrategias para crear posibles soluciones desde pausas activas, atención psicológica interna y capacitación en regulación emocional, logrando reducir en algunos casos el ausentismo en un 30% en seis meses.
Debemos reflexionar que promover la inteligencia emocional en las empresas no debe considerarse un lujo, sino una inversión estratégica. Un ejemplo positivo en nuestro país es el de una empresa de manufactura en Querétaro que incluyó la inteligencia emocional como parte de su programa de liderazgo y observó un descenso en conflictos interpersonales entre supervisores y operarios y un aumento en la productividad. Estas estrategias demuestran que cuando las organizaciones apuestan por el desarrollo emocional, se generan entornos más humanos y resilientes ¿estás trabajando en tu empresa con las emociones?