Pese a que Hamás aseguró en 2021 que había construido 500 kilómetros de túneles bajo la Franja, realmente nadie sabe a ciencia cierta cuál es su longitud
Uno de los mayores retos a los que se enfrentan las tropas terrestres de Israel a la hora de avanzar por la Franja de Gaza, controlada de Hamás, es el complicado desarrollo urbanístico del enclave y la laberíntica red de túneles subterráneos de los islamistas, comparable con una gigantesca base militar en el subsuelo.
Pese a que Hamás aseguró en 2021 que había construido 500 kilómetros de túneles bajo la Franja, realmente nadie sabe a ciencia cierta cuál es su longitud.
Así lo señala la experta Daphne Richemond Barak, profesora de la Universidad Reichman, en Israel, quien lleva años estudiando este tipo de infraestructura y que apuntó en una rueda de prensa virtual esta semana que incluso los corredores subterráneos podrían ser más largos que la extensión de la propia Franja, ya que están construidos en zigzag.
“La mayor parte de las doctrinas militares desaconsejan que los soldados se metan en túneles subterráneos y es porque les pondría en un riesgo muy alto”, comentó Barak, que es también investigadora visitante en el Instituto de Guerra de la Academia Militar de West Point (EE.UU.).
Explicó que, una vez en el subsuelo, es difícil comunicarse con la superficie, ya que “normalmente el GPS no funciona abajo” y si algún soldado resulta herido sería muy difícil rescatarlo.
“Obviamente Hamás sí que ha desarrollado medios de comunicarse bajo tierra”, apuntó la experta, quien rechazó referirse a esa red de túneles como “metro de Gaza”, como se les conoce popularmente, y prefirió compararlos con una base militar gigantesca en el subsuelo, con pasillos, salas más amplias y almacenes, entre otros.
Según un estudio del profesor Joel Roskin de la universidad israelí de Bar-Ilan, los túneles bajo la Franja de Gaza comenzaron a construirse en 1982 tras los acuerdos de paz entre Israel y Egipto, al quedar dividida la localidad de Rafah en una parte egipcia y otra en Gaza.
Barak destacó que, si ya de por sí es complicado destruir esos túneles, si se encuentran en un ambiente urbano con civiles, como podría ser en la ciudad de Gaza, “la tarea se vuelve casi imposible”. Y este es uno de los dilemas a los que se enfrenta Israel actualmente.
Aun así, detalló la experta, “podemos esperar que Israel llevará a cabo bombardeos para destruir y no meramente neutralizar estructuras subterráneas, con métodos como rompebúnkeres, ataques guiados de precisión, armas termobáricas y, potencialmente, incluso agua a alta presión”. La cuestión está en cómo medir la fuerza utilizada ante la posibilidad de que en los túneles se encuentren todos o algunos de los 239 rehenes que están en manos de Hamás y de otras milicias palestinas, que fueron secuestrados el pasado 7 de octubre.
Texto y foto: Agencias