Hoy es un excelente día y me siento de maravilla. Estoy muy contento por la oportunidad que tengo hoy de compartir este artículo contigo. Mucho se habla sobre el sentimiento de culpa. Éste más que un sentimiento, es un concepto que de principio pudiera beneficiarnos. También puede ser un gran lastre. “Sentirte” culpable, hace que vivas en el pasado, que te aferres a él, y no estés viviendo tu presente. Sueltas el control de tu vida, pues lo dejas en el pasado.
La culpa no es de todo mala. La culpa puede darte la oportunidad de ser mejor.
Es un mecanismo de autovaloración del cual puedes sacar provecho para que en el futuro puedas evitar tener resultados desfavorables para ti. Por ejemplo, si tomas algo prestado de alguien y no lo devuelves, entonces te sentirás culpable de no haberlo regresado, o también si insultas a alguien te sientes culpable de haber actuado así pues seguramente se habrá mermado la relación con la persona que insultaste. Puedes reflexionar sobre tus actos y modificar tu manera de accionar para no cometer esos mismos actos.
Hasta aquí bien. Sólo que si no haces esa autoevaluación, el sentimiento de culpa seguirá, pues seguirás enjuiciándote. Mientras tengas miedo de enfrentar las consecuencias de tus actos, vivirás atado al pasado. Atado al momento de cuando realizaste la acción que fue en contra de tus creencias. Estarás en tu propia cárcel enjuiciado por tu propio juez, tu EGO.
Ahora, deja te explico que la culpa no es una emoción. Esto no quiere decir que no se pueda experimentar. Entonces, qué es la culpa? La culpa es la percepción de lo que hiciste, pensaste o experimentaste infringe tus valores morales. Es la interpretación que haces de tus actos (activos y pasivos) emitiendo juicios dentro de tu escala de valores. Estos valores, son creencias programadas en ti de lo que es correcto o incorrecto (moralmente hablando).
Como coach de vida (y lo que creo) es que no hay acciones buenas o malas, simplemente hay acciones y sus resultados, o consecuencias. Los resultados podrán agradarte o no, pero no tienen carga emocional, no se genera una emoción de culpa.
En realidad lo que sientes es una emoción de miedo. Miedo a no poder ser “bueno” o “correcto” según las creencias que has adoptado. Miedo a volver a equivocarte. Miedo a no regresar las cosas en el estado en las que estaban. Miedo a no ser capaz de resarcir los daños. Miedo a ser juzgado por otros. Sobre todo, miedo a ser castigado por el peor juez, por ti mismo (por tu EGO).
A parte, culturalmente te han hecho creer que si eres culpable de tus acciones la manera de perdonarte es a través del castigo. Y como tampoco te gusta castigarte entonces prefieres mantener ese estado de culpa. Y es aquí donde se dice que está el sentimiento de culpa. Que mientras no exista un castigo, no se puede liberar el sentimiento de culpa.
Desgraciadamente el castigo no va a liberarte de “sentirte” culpable. Se podrá reparar el daño, pero no reparará lo que sientes. Es el perdón lo que te liberará. Sobre todo el perdón a ti mismo. Es a través del perdón que te liberarás de tu pasado. Mientras no elijas perdonarte, seguirás en el pasado y no podrás vivir, experimentar y disfrutar del presente, del aquí y del ahora.
La culpa es un grillete demasiado pesado para arrastrarlo toda la vida. A través del perdón romperás con la cadena del grillete de la culpa. Al liberar la culpa te sentirás libre, y generarás en ti mismo un estado de paz y tranquilidad. Recuperarás tu poder, y con eso podrás manejar mejor tu vida.
Tú tienes el poder para controlar tu vida… Úsalo!