A finales de los 70 del siglo pasado, un camión recorre de la galletera Dondé al aeropuerto de Mérida, pero revienta cables y ramas; otra uni- dad metía orden en las calles meridanas
El gobernador Mauricio Vila Dosal anunció que el próximo sábado dará a conocer el plan de transporte urbano para el resto de su administración, y en este sentido vale la pena recordar cómo a través de los años ha evolucionado este servicio con innovadores propuestas, como aquella ruta a la que se llamó Diametral, que atravesaba la ciudad uniendo las rutas 61 Esperanza y 82 García Ginerés y en las que el usuario pagaba solo un pasaje y con la que podía ir de Pacabtún hasta el Parque de las Américas y que funcionó en la década de los 80, con camiones de ambas rutas.
Pero algo que en su tiempo fue novedoso, pero que lamentable no prosperó porque la ciudad no estaba preparada para que en sus calles circulará un camión de doble piso, fue la llegada del “Mamut”, que en 1978 tenía un derrotero que incluía a la Glorieta de la Dondé y el Aeropuerto.
Al revisar algunas páginas de Facebook dedicadas a recordar hechos del pasado en nuestra ciudad, encontramos fotos del exterior de la unidad de referencia, que pertenecía a la Unión de Camioneros de Yucatán, y que portaba los colores blanco y verde, además, de sus interiores que nos recuerdan a los actuales turibuses que sin problema recorren el Paseo de Montejo y los alrededores de la Plaza Grande.
Acerca de este vehículo tan espectacular del que también hubo unidades que funcionaron en Puebla y la Ciudad de México, se informa que fue construido por la empresa Mexicana de Autobuses S.A. modelo Masa Somex S7000, al que por sus dimensiones, los propios obreros de la ensambladora llamaban “Mamut”.
Aquel autobús tenía capacidad para 53 personas sentadas y en total 120 pasajeros, pero la existencia de muchos obstáculos como cables y las ramas de los árboles obligó a que fuera muy corto el tiempo que estuviera en servicio, pero los que tuvimos la oportunidad de abordarlo nos quedamos con un grato recuerdo, especialmente por lo complicado que era ganar un lugar en el segundo nivel, y más en los primeros asientos.
El precio del pasaje era de un peso, aunque sus primeros recorridos fueron gratuitos, y por las noches contaba con una iluminación con barras fluorescentes, muy diferente a la que tenían el común de los autobuses de esos años, y que mantenían casi en penumbras el interior.
Fue el tema de los cables reventados lo que al igual que inclusive en la capital del país condenará a la extinción a este modelo de bus muy adelantado a su época, y en el caso del que recorría la Avenida Internacional, terminó siendo enviada a dar servicio a la Zona Hotelera de Cancún, donde en la década de los noventa circularon autobuses turísticos de doble piso, fabricados por MAN y Neoplan, modelos que nunca se habían visto en el país y que pertenecieron al tour operador Maya Land.
Y así como el Mamut se quedó en la memoria de los meridanos que viajaron en él o que al menos lo vieron pasar, muchos años atrás, hubo otro vehículo que hizo historia, pero no era un autobús, sino un carro de policía destinado a recoger a ebrios, vagos y revoltosos y por eso se le bautizó como “La Xtabay”.
En sus memorias, Raúl Emiliano Lara Baqueiro destacó que el vehículo fue presentado en un Carnaval a principios de los años 40, y lo recuerda pintado en dos tonos de color tabaco completamente cerrado y que en el frente con letras blancas llevaba pintado el nombre de la Xtabay, la mitológica mujer de cabellos largos.
“Y aunque el vehículo se cambió en varias ocasiones la gente siguió llamándole al carro de la policía “La Xtabay”, escribió Raúl.
Texto: Manuel Pool
Fotos: Cortesía