El miedo cunde entre los migrantes varados en el límite norte de México tras el acuerdo de Estados Unidos con el Gobierno mexicano, que se comprometió en Ciudad Juárez a deportar a los indocumentados a sus países de origen para despresurizar la frontera ante la nueva oleada migratoria. “Yo no puedo regresar a mi país porque yo era militar y soy perseguido político, tengo orden de captura, yo no puedo pisar mi tierra, pues si no estás con el Gobierno estás en contra”, expresó a EFE José Rendón, quien hace mes y medio salió de Perú y ahora espera en Ciudad Juárez, en el límite de México con Texas.
El temor ha crecido desde el viernes pasado, cuando funcionarios del Gobierno de México se reunieron en esta frontera con la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, en inglés), quien ahora entregará a México a migrantes deportados en el Puente Internacional de Ciudad Juárez.
El Instituto Nacional de Migración (INM) mexicano anunció en un comunicado su compromiso de “realizar las gestiones con los gobiernos de Venezuela, Brasil, Nicaragua, Colombia y Cuba para que reciban a sus connacionales” y “continuar con el operativo espejo en la frontera de México y Estados Unidos”. Esto significa un mayor riesgo de deportación para migrantes como Rendón, quien pasó por ocho países hasta llegar a este campamento.
Texto y foto: Agencias