El mundo de los ferrocarriles en miniatura

LOS ÚLTIMOS 50 AÑOS, Jorge Alberto Solís Arzápalo, los dedicó a coleccionar locomotoras y carros de ferrocarril que ahora forman parte de una detallada maqueta en la que de manera similar a cómo funciona La Plancha, sobre las rieles van y vienen los convoys de carga, accionando sus silbatos en medio de aquellos inolvidables sonidos de las campanas y de la aplicación de los frenos de aire.
A pesar de que se ve perfecta, a esta obra dice Jorge, le faltan detalles, equivalentes a un 30 por ciento, y será en mayo cuando concluya y se presente al público, pero mientras tanto ofrece un adelanto al público de Punto Medio. La maqueta que mide cinco metros de largo por dos de ancho está instalada en su vivienda ubicada en el Fraccionamiento Reparto Granjas, y previo a accionar los controles eléctricos para iniciar con la demostración, el entrevistado comentó que durante 15 años, fue conductor de una máquina tipo diésel, que ahora cuenta con una réplica idéntica, y es uno de sus más adorados tesoros.
“Trabajé en los Ferrocarriles Unidos de Yucatán y esa era mi máquina, la 315, con ella viajaba de Coatzacoalcos a Mérida trayendo carga y también me tocó con ella ir a Progreso y Valladolid, hasta que hace 37 años sufrí un accidente con un explosivo que me afectó el oído y me pensionaron, pero no me puedo alejar de este mundo que es mi pasión”, dijo.
Y vaya que es así, pues inclusive ha perdido la cuenta de todo lo que ha invertido en esta maqueta, con la que también rinde homenaje a los trabajadores de este gremio, como lo fueron su abuelo y aún su bisabuelo que se desempañaron como garroteros, conductores y maquinistas.
Y en medio de las estructuras que asemejan un patio de maniobras con todo y bodegas y áreas de mantenimiento, se pueden apreciar varios modelos de locomotoras como las de la Unión Pacific, Rocky Mountain Line y Atchison, Topeka y Santa Fe Railway, que es la que jala a diez carros entre los que se cuentan tanques de combustoleo que velozmente avanzan por el tendido de líneas que corre a lo largo de la habitación.
En las gavetas de la habitación también hay varias piezas incluso sin estrenar como góndolas, tolvas, carros-tanque y plataformas, sin faltar las máquinas de carbón y el cabús, que se colocaba al final del convoy y que era exclusivo para la tripulación.
El tamaño de las locomotoras y furgones es 70 veces más pequeña que en la vida real, pero la emoción de ver de nueva cuenta un ferrocarril en movimiento es indescriptible, pero basta con ver la cara de satisfacción y alegría de don Jorge para sentirse contagiado y muy orgulloso del talento de este yucateco que como integrante de la Asociación Yucateca de Modelismo, que preside Jorge Alvarado Mejía, también ha elaborado aviones, tanques y soldados de la II Guerra Mundial.

Texto y fotografías: Manuel Pool Moguel

 

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