Salvador Castell-González
La pandemia de COVID-19, el calentamiento global, la crisis climática, inundaciones, sequías y muchas señales del impacto ecosistémico que hemos ejercido en nuestra casa la tierra ya son un tema de discusión en gran parte de la sociedad.
Al darnos cuenta de que somos parte del problema y que estos cambios son causados por satisfacer nuestras necesidades reales, las no reales y las absurdas, se ha ido cambiando la manera en cómo la sociedad percibe nuestro papel en todo lo que sucede, principalmente en las infancias y juventudes. Este pequeño cambio social de lo que “es importante” y lo que “no es importante” ha ocasionado que los zopilotes sociales volteen a ver a este estrato social diverso que no está siendo atendido.
Esta es la razón por la cual durante años hemos visto como la atención al tema “ambiental”, la “agenda 2030” y la “protección de la naturaleza” ha ido en aumento, con una gran cantidad de oportunistas buscando atraer ese colectivo de tribus proambiental hacia su propia estructura y vemos gran cantidad de campañas y nuevas propuestas que en general no tienen ningún impacto de fondo y les pongo un ejemplo: Seguramente tu autoridad local y algunas empresas han hecho campañas de reforestación / arborización en tu localidad reportando números impresionantes de árboles plantados, pero, cuándo has visto el informe de cuantos arboles sobrevivieron al año, a los dos años. En general la supervivencia de árboles en una reforestación masiva es baja, principalmente porque no hay seguimiento ni aplicación de tecnologías.
Se ha propuesto en varias ocasiones que para las acciones de las Empresas Socialmente Responsables la inversión ambiental que generalmente son “reforestaciones” no sea considerada hasta hacer el reporte de supervivencia a los dos años, ya que sembrar millones de árboles esperando una supervivencia menor al 10% es por decirlo dócil, negligente y criminal. En fin, el objetivo de este documento es que seamos más críticos y objetivos al aplaudir las acciones de protección, conservación y restauración de la naturaleza, no sirve de mucho limpiar las playas si no dejamos de ensuciarlas.
Este retorno post COVID-19 es un momento eclíptico para cambiar como sociedad, pero debemos ser suficientemente inteligentes para cambiar también a nuestros representantes y dirigentes, que se atrevan a hacer las cosas diferentes con acciones de fondo y no de forma que solo consumen recursos sin efecto positivo, ni profundo, ni a largo plazo.
Debemos ser disruptivos como sociedad para que el cambio sea verdadero, recientemente el informe del 2021 del Panel Intergubernamental para el Cambio Climático de la ONU ha declarado que, así como vamos, en el 2030 el aumento de la temperatura global será cercano a los 3.9 grados centígrados. Hoy estamos hablando de un aumento global en la temperatura de 1.1 grados.
¿Qué dices? Seremos el cambio y juntos en RED POR EL FUTURO o seguiremos confiando en autoridades, políticos y empresas oportunistas que se aprovechan de tus ganas de cambiar las cosas y asegurar un planeta para tus hijos.