El papa Francisco advirtió ayer en Malta de “la agresividad infantil y destructiva que nos amenaza” en referencia a la invasión de Ucrania por parte de Rusia y del riesgo de que se convierta “en una guerra fría ampliada que puede sofocar la vida de pueblos y generaciones enteras”.
Francisco llegó ayer a la pequeña isla europea en un viaje que tenía programado desde 2020, que fue dos veces aplazado por la pandemia y que ahora llega en medio de la guerra de Ucrania, que está marcando la visita.
Por ello, aunque habló de problemas en Malta como la corrupción y la migración, su discurso ante las autoridades en la sala del Consejo Supremo del Palacio del Gran Maestre, sede de la presidencia, fue un análisis político de lo que ha llevado a una nueva guerra en Europa.
Lamentó que desde el este de Europa, “donde surge antes la luz, han llegado las tinieblas de la guerra”, antes de añadir: “Pensábamos que las invasiones de otros países, los brutales combates en las calles y las amenazas atómicas fueran oscuros recuerdos de un pasado lejano”.
Y aunque sin citar a Rusia, ni Ucrania, ni tampoco al presidente ruso, Vladimir Putin, hizo una clara referencia cuando habló de que “una vez más algún poderoso, tristemente encerrado en las anacrónicas pretensiones de intereses nacionalistas, provoca y fomenta conflictos”.
Pero además, el papa criticó que esta guerra “ha sido alimentada desde hace tiempo”, “se fue preparando desde hace mucho tiempo con grandes inversiones y comercio de armas”, consideró.
Aconsejó volver a organizar “conferencias internacionales por la paz, donde el tema central sea el desarme, con la mirada dirigida a las generaciones que vendrán”.
Texto y foto: EFE