El papa Francisco explicó ayer que no elogió el imperialismo ruso, sino que animó “a conservar la herencia” y “a la transmisión de la cultura rusa” cuando se dirigió a un grupo de estudiantes rusos con unas palabras sobre la “Gran Rusia” que crearon gran malestar en las autoridades ucranianas.
El papa abordó la polémica que causaron sus afirmaciones, que según las autoridades de Ucrania querían difundir el imperialismo ruso, durante la rueda de prensa del vuelo en el que el pontífice regresaba de su visita a Mongolia.
“En un diálogo con los jóvenes rusos, al final les lancé un mensaje que repito siempre: Que se hagan cargo de su herencia. Y es lo mismo que digo en todos los lados, la necesidad del diálogo entre abuelos y nietos. Esto era el mensaje”, aclaró. Y añadió que para remarcar su mensaje habló de la “Gran Rusia”
porque “la herencia rusa es muy buena y muy bella y sólo hay que pensar en el campo de la literatura, de la música hasta llegar al escritor Fiodor Dostoievski, que nos habla de humanismo”.
Reconoció que quizá “no fue muy afortunada” la tercera parte, en la que reiteraba el discurso de la herencia y en la que citó a la Gran Rusia, “no en plan geográfico sino cultural”, y nombró a Pedro el Grande o Catalina de Rusia, pero que” de esto tendrán que hablar los historiadores”