Accidentes fatales se registran de manera continua a lo largo de los 52 kilómetros del Periférico de Mérida, donde a decir de expertos en materia de vialidad se requiere establecer estrategias que aminoren los riesgos para los conductores y quienes por necesidad necesitan atravesar esa peligrosa vía.
Al respecto, el auditor en seguridad vial René Flores Ayora destacó que en lo que va del año son ya 18 personas fallecidas en el Periférico, y resalta que la cifra podría ser inclusive superior a los 26 muertos, en virtud de que en esta numeralia, que cuidosamente elabora por iniciativa propia desde hace varios años, no incluye a quienes después de los accidentes son llevados con vida a los hospitales, donde pierden la vida en los siguientes días.
-Lo importante de destacar es que todos los siniestros son prevenibles, evitables y con causa, donde uno de los factores más importantes es el exceso de velocidad, ya que está comprobado con evidencia científica que si reducimos la velocidad, también disminuimos de manera gradual el riesgo de un siniestro y una posible muerte– indicó el especialista, quien a manera de ejemplo, dijo que el chocar contra una columna, un árbol o un poste, que son abundantes en el Periférico, ocasiona un impacto similar al que se tendría en una caída libre de un edificio de 33 metros de altura.
-El Periférico no está diseñado para ser recorrido a alta velocidad, y más cuando hay tramos como el de Altabrisa, donde en una hora pico pueden contabilizarse hasta seis mil vehículos, entre ellos tráileres que rebasan la velocidad de 70 kilómetros, que es la recomendable para estos camiones por su peso y dimensiones, además de que no deben circular en otro carril que no sea el de la derecha– subrayó.
Ante todo, continuó Flores Ayora, es necesario tener en cuenta que el Periférico es una vía urbana y que tanto en su interior como en el exterior hay escuelas, hospitales, viviendas, oficinas y hasta centros comerciales, por lo que la gente interactúa con los vehículos, y que a lo largo de los 52 kilómetros se adolece de señalamientos verticales que indiquen la posibilidad de un cruce de peatones.
A esto hay que sumarle que en muchos tramos por la noche la iluminación no es la correcta ya que forma claro oscuros, a la vez que no hay señalamientos correctos en el pavimento para evitar que personas, ciclistas y motociclistas interactúen en los carriles interiores.
Por todas esas razones, el experto consideró que es necesario que se coloquen los radares de velocidad para instruir a los conductores de manera didáctica y que tomen consciencia de lo que podría ocurrirles en un descuido, ya que como antes se mencionó está latente la posibilidad de chocar contra una de las columnas de los pasos a desnivel, contra un árbol un poste de concreto o inclusive, caer en una hondonada desde lo alto de un puente.
Ante esto, Flores Ayora sugirió que elementos de la Policía podrían distribuirse a lo largo de tramos en los que por su longitud se desarrolla más velocidad, a la vez que los propios agentes podrían colocar conos en los carriles para indicar que hay peatones que intentan atravesar la vía y que los conductores disminuyan su velocidad.
Flores Ayora recordó que uno de los tramos más peligrosos es el comprendido entre los kilómetros 10 y 16, específicamente en la entrada a los Héroes, donde este año ya son cuatro los fallecidos, además del tramo de la 69 hacia el sur, a la altura de San Antonio Kaua, donde este martes fue atropellada una joven.
-Por ello es importante que se concluyan las calles laterales para que en ellas circulen a baja velocidad, a 50 kilómetros, el transporte urbano, ciclistas y motos– recalcó.
Por último, el entrevistado recomendó a quienes por necesidad tienen que atravesar la vía usar los pasos peatonales con rampas, además de utilizar vestimenta clara y chalecos reflejantes tanto de noche como de día, y a los conductores bajarle a la velocidad cuidando mantenerse alrededor de los 80 kilómetros por hora. -No hay que olvidar que detrás de una muerte en el periférico, por lo general hay una triada que incluye velocidad, alcohol e imprudencia– concluyó.
Texto: Manuel Pool Moguel
Foto: Luis Payán