El Salvador cumple este miércoles dos años desde la implementación de un régimen de excepción, cuyas acciones han sido bautizadas por el presidente Nayib Bukele como una “guerra contra las pandillas”, que le ha garantizado al mandatario mantenerse en el poder pese a los constantes señalamientos de violaciones a derechos humanos. El 27 de marzo de 2022, la Asamblea Legislativa, dominada por el oficialismo, aprobó, a petición de Bukele, la implementación de un régimen de excepción que suspende algunas garantías constitucionales como el derecho a la defensa, durante el que han sido capturadas más de 78,000 personas.
Si bien la polémica medida ha sido señalada de violentar derechos, ha contribuido a bajar aún más la cifra de homicidios en el país centroamericano, tendencia que ya venía desde 2015, y ha elevado la popularidad de Bukele.
La organización Human Rights Watch señaló ayer que Bukele sigue siendo muy popular, en gran medida porque algunos indicadores de violencia parecen haber mejorado en el corto plazo.
Los homicidios, que han disminuido en El Salvador desde 2015, han caído aún más, aunque las restricciones gubernamentales para acceder a las cifras y los cambios en la forma en que se cuentan los asesinatos hacen que sea más difícil estimar el verdadero alcance de la reducción y la prevalencia de otros delitos, apuntó.
Texto y foto: EFE