El Santo Padre pide perdón por abusos de curas contra niños

LA PRESENCIA del cuestionado obispo de la diócesis chilena de Osorno, Juan Barros Madrid, en la misa celebrada por el papa Francisco ayer ante 400,000 personas en Santiago desató la polémica en círculos políticos y religiosos que cuestionan la sinceridad del perdón ofrecido por el pontífice a las víctimas de abusos sexuales.
En sus primeras palabras en Chile ayer martes, el papa Francisco pidió perdón y dijo sentir “dolor y vergüenza” por “el daño irreparable causado a niños por ministros de la Iglesia”.
En los días previos a la visita se había reavivado la polémica de los casos de pederastia en la Iglesia católica, que afectan a unos 80 religiosos chilenos, y desde diferente sectores se había solicitado un gesto explícito del pontífice con las víctimas de los abusos, incluso una audiencia privada.
Francisco aprovechó su primer discurso ante las autoridades en el Palacio de la Moneda, sede del Ejecutivo, para referirse a este problema.
“Me quiero unir a mis hermanos en el Episcopado, ya que es justo pedir perdón y apoyar con todas las fuerzas a las víctimas, al mismo tiempo que hemos de empeñarnos para que no se vuelva a repetir”, dijo Francisco, quien evitó emplear la palabra “abusos”.
El perdón del papa generó una oleada de reacciones, en su mayoría positivas, como las del presidente electo Sebastián Piñera, quien calificó de “valientes” las declaraciones del pontífice.
“Durante mucho tiempo se cometieron demasiados abusos, y la Iglesia no reaccionó con la fuerza que debía”, recordó Piñera, quien en marzo próximo asumirá la Presidencia del país por segunda ocasión.
“Todos podemos cometer errores, lo importante es saber reconocerlos, arrepentirse y enmendar el rumbo. Ese es el mensaje que el papa nos ha dejado”, agregó.
Por su parte, el presidente del Senado, el democristiano Andrés Zaldívar, declaró que “la Iglesia tiene que seguir en esa línea de pedir perdón y tomar medidas para poner término a ese tipo de abusos”.
Pero también hubo críticas, como las del periodista Juan Carlos Cruz, quien desde hace años viene denunciando los abusos cometidos en su parroquia de Santiago por Fernando Karadima, hoy apartado del sacerdocio.
“Basta de perdones y más acciones. Los obispos encubridores ahí siguen. Palabras vacías. Dolor y vergüenza es lo que sienten las víctimas”, declaró Cruz.
Entre los discípulos de Karadima estaba Juan Barros, designado en marzo de 2015 obispo de la sureña ciudad de Osorno, donde hasta hoy es rechazado por una parte de la feligresía, que le acusa de haber ocultado los abusos del otrora influyente párroco.
Y fue precisamente la participación de Barros en la misa concelebrada con el papa en el parque O’Higgins la que desató una encendida polémica en las redes sociales y declaraciones que cuestionaban la sinceridad del gesto de Jorge Mario Bergoglio.
La presencia del obispo de Osorno, captada durante la transmisión oficial del evento, cambió el foco de atención de los medios locales, que hasta ese momento se habían centrado en el mensaje del pontífice.

 

EFE

 

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