El silbatazo final

Mary Carmen Rosado Mota

@mary_rosmot

latribunaesnuestra@gmail.com

La semana pasada, el 5 de julio, se celebró un año más desde aquel 1985 cuando llegó al mundo una pequeña que se convertiría, algunos años después, en una de las más grandes exponentes del futbol internacional. Pero esta bebé no lo hizo sola, nació en Los Ángeles junto con su hermana melliza quien se convertiría en una pieza clave para su amor por el deporte.

Durante su infancia Megan Rapinoe practicó diversos deportes, desde atletismo, pasando por el basquetbol y por supuesto, futbol. Incluso en sus inicios fue dirigida por su padre y compartió equipo con su hermana Rachael, cosa que siguieron haciendo hasta el instituto cuando ambas consiguieron ser becadas por la Universidad de Portland precisamente por su talento para el soccer.

Entonces vino el año 2009 y la creación de la liga de futbol profesional femenil en Estados Unidos, lo que hoy en día es la NWSL. Rapinoe fue seleccionada en el draft de la liga por el Chicago Red Stars y a partir de ahí, el resto es la trayectoria de una extraordinaria futbolista que ha sabido aprovechar las oportunidades que se le presentan para demostrar la calidad técnica y mental para sobresalir en un país donde el futbol femenil en verdad se toma en serio.

Hablar de la carrera de esta futbolista es imposible sin mencionar la cantidad de éxitos que ha cosechado, mismos que reflejan una época dorada para el futbol de su país con grandes compañeras de selección que han dominado su deporte a nivel internacional por casi una década. Campeona del Mundial Femenino de la FIFA en 2015 y 2019, subcampeona en el 2011, además de ser medallista de oro en los Juegos Olímpicos de Londres en el 2012 y bronce en Tokio 2020.

Y es que los años parecen no afectar su rendimiento, precisamente en el Mundial del 2019 fue nombrada como mejor jugadora del mundial, además de terminar como la goleadora del torneo. Ese mismo año recibió el Balón de Oro y el premio The Best de la FIFA, siendo la primera mujer en ganar ambos galardones en el mismo año.

Quizá lo más admirable de Megan es su lucha por las causas que defiende, es una de las principales portavoces que exigen la equidad de salarios para las selecciones de Estados Unidos, pero no es solo el sueldo, ella también pelea por igualidad de oportunidades, de preparación, por hacer entender que sean hombres o mujeres, los atletas importan lo mismo.

Este fin de semana en el marco de su cumpleaños 38 anunció que esta será su última temporada como futbolista profesional, la Copa del Mundo Femenil podría ser el último compromiso oficial que dispute con su selección y una vez terminada la temporada en la liga nacional colgará sus botines cerrando una carrera de ensueño.

¿Polémica? Sí ¿Disruptiva? También. Esa jugadora de cabello corto a veces rubio, otras rosa o morado, futbolista, esposa, exitosa y sobretodo, campeona. Dicen que quien mucho se despide pocas ganas tiene de irse y Megan ha iniciado con un adiós que seguramente resultará difícil una vez llegado el silbatazo final.