Desde 1893 el faro de Progreso ilumina el camino de las embarcaciones, un símbolo que llena de orgullo y que da identidad a las y los progreseños
Este puerto fue inaugurado el 1 de julio de 1871, ya que de él partían numerosas embarcaciones para distribuir productos y mercancías generadas en la península de Yucatán, tanto en el extranjero como a otros puertos nacionales.
El henequén, cosechado en las fincas yucatecas, representaba su mejor producto de exportación, lo cual motivó la construcción de un gran faro que pudiera guiar a puerto seguro a los grandes buques mercantes.
En un principio se instaló una farola en el edificio de la aduana marítima, pero hacia 1878 se levantó una estructura de madera para instalar dicha farola y hacerla más visible para las embarcaciones en altamar.
Mediante reformas al contrato para la construcción de un nuevo faro en Progreso, establecidas el 1 de septiembre de 1891, la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas modificó el proyecto del ingeniero inglés John W. Glenn al sustituir la estructura de hierro original por una de mampostería; al contratista se le pagaron 58 mil 850 pesos, mil menos de lo acordado, ya que no construyó la habitación del guardia y su ayudante.
La construcción del faro comenzó el 27 de mayo de 1885. Los cimientos de forma triangular sostenían la torre cilíndrica en el que se insertaron 120 escalones y una serie de ventanas que la iluminan. Alcanza 36 metros de altura hasta llegar a su lámpara y en la actualidad tienen un alcance de 33 millas náuticas o 62 kilómetros.
El faro fue inaugurado el 5 de mayo de 1893 por el entonces gobernador, Daniel Traconis. El faro representa un orgullo y sentido de identidad para el puerto, un símbolo que ha resistido estoico el paso de los huracanes Gilberto (1988) e Isidoro (2002).
Texto y foto: Agencia