Las fuertes tensiones internas han marcado el camino de Morena hasta su día clave: el partido gobernante y sus aliados definieron los nombres de los candidatos que llevarán en las boletas en las elecciones del próximo año a las gubernaturas en ocho Estados y la jefatura de Gobierno de Ciudad de México. La elección interna de candidatos en Puebla fue la primera que ha dado pie al descontento de uno de los aspirantes en Morena. Ignacio Mier Velazco, aspirante a la gubernatura poblana, abandonó la reunión con la dirigencia nacional de Morena en la que se informaron los resultados de las encuestas finales. Tampoco estuvo en la transmisión en vivo que hizo su partido para dar a conocer los detalles de las encuestas que favorecieron a Alejandro Armenta Mier y a Claudia Rivera Vivanco.
Luego, a las 17:16 horas, Mier lanzó un video en sus redes sociales, a través del cual informó que el 12 de noviembre informará qué decisión tomará.
Otra elección que ocasionó disgusto fue la de Jalisco, el diputado José Antonio Pérez, padre del piloto de Fórmula 1 Checo Pérez, se quejó del proceso para definir al candidato a gobernador de Morena en dicho estado y lo calificó como una farsa. Pérez salió molesto del hotel donde se anunciaron los resultados antes de que se diera a conocer quién quedó primero en la encuesta. En su camino a la puerta se detuvo a explicar a qué se debía su enojo. “Nos lo anunciaron dos horas antes y eso no se vale. Podría decir quién será, nos lo dijo un alto dirigente, si nos lo hubiera dicho alguien que no tuviera relevancia no pasa nada, pero quien nos la cantó y nos lo dijo es alguien que vale mucho, me dio mucha tristeza con mi presidente Mario Delgado que no nos haya respaldado”. Pérez se negó a decir quién era el aspirante con la mejor posición; minutos después, el presidente de Morena, dijo que el mejor calificado en las encuestas es el empresario Carlos Lomelí.
Estos son los primeros quiebres entre los aspirantes de Morena que firmaron el acuerdo de unidad.