Emprededurismo desde las aulas, una gran oportunidad

Muchas son las instituciones que contemplan en su carga académica el emprendedurismo, situación que pone en ventaja a los futuros profesionistas. Tal es el caso de Jéssica Monserrat Barrera Márquez, egresada de la Facultad de Contaduría y Administración de la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady), quien en pocos meses ha consolidado a “Seirina” como un producto importante en el sector de la belleza.

Ya lo dice el viejo refrán: “la unión hace la fuerza”. En esta ocasión cuatro jóvenes se integraron para lanzar su producto al mercado. Ellos son Julio Romero Arroyo, Verónica Encalada Collí, Gabriela Guardia, y Jéssica, quien compartió con Punto Medio su camino al emprendimiento.

“Seirina” es una crema facial con colágeno marino que ayuda a las personas que buscan cuidar la piel de su rostro y poder regenerar la dermis, segunda capa de la piel. “Lo que buscamos es ayudarle a mejorar los tres problemas que tiene la gente en México: manchas causadas por el sol, líneas de expresión y surcos que deja el acné”.

¿Fue complejo desarrollar la idea?

“La idea como tal no. Cuando nos juntamos queríamos hacer un proyecto que fuera un producto, no un servicio, que no fuera un alimento, ya que la mayoría de los compañeros de la facultad ya lo hace por ser fácil.

“También queríamos que representara un reto, que aprendamos algo que no viéramos en la Facultad, y empezamos a preguntar con nuestros familiares y amigos”.

¿Qué tan importante es que en las escuelas se fomente el emprendedurismo?

“Es gracioso porque siento que no se le saca valor o provecho por parte de los estudiantes. En la facultad le tienen mucho miedo a esta materia, realmente nadie la toma porque quiera, y somos muy pocos los que vemos todo ese provecho.

“No se dan cuenta que no pueden obtener este apoyo en cualquier lugar, que vas a trabajar para ti mismo, y sobre todo, estás creando un proyecto que nació de ti. Creo es importante empezar desde jóvenes. Es necesario cambiar la mentalidad ya que no les deja ver que hay un área de oportunidad grandísima, ya que hay muchos adultos que no tienen esas bases”.

¿Si pudieras cambiar algo, lo harías?

“No, realmente no. Como proyecto tuvimos muchas bendiciones. Es un camino difícil, es cansado, pero dentro de su mismo esfuerzo tiene su belleza. Nosotros nos topamos con gente que nos ayudó mucho, nos guió, y nosotros teníamos la responsabilidad de seguir los pasos.

“Otra de las cosas que nos ayudó es que vimos el proyecto como una empresa, no como un prototipo, lo vimos para hacerlo posible para alcanzar una empresa posicionada. En ocho meses hemos hechos más que personas que llevan dos años”.

En el caso de ustedes estuvieron motivados por la escuela, pero hay jóvenes, personas adultas, que tienen una idea y que dejaron, ¿qué consejos les darías?

“Lo primero, es tener un mentor. Es vital. Él te ayudará a tener un camino y a saltar muchos obstáculos. No ser necio y hacer caso a los que te dice y lograr las cosas que te vaya diciendo. Si tienes un equipo de trabajo es preguntar cuál es la visión que tiene cada uno respecto al proyecto, así como poner políticas para la empresa”.

Texto y fotos: Jesús Gómez

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