La tarde noche del Jueves Santo la Catedral de San Ildefonso lució abarrotada de fieles que hicieron acto de presencia para participar en la gran fiesta con la que inició el Triduo Pascual, que concluirá hasta la noche de mañana cuando se celebre la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo.
“Hoy conmemoramos la noche en que Jesús tuvo su última cena con los apóstoles y dentro de aquella cena Pascual cambió el Rito ordinario para instituir el Sacramento de la eucaristía, el Sacramento del sacerdocio y el mandamiento nuevo” dijo el arzobispo de Yucatán monseñor Gustavo Rodríguez Vega.
-Nuestro Señor Jesucristo entregándose como ya lo había prometido antes sobre el altar, dando su cuerpo y su sangre de forma sacramental para que esta entrega pudiera permanecer y ser continuada hoy como lo hacemos y no se trata de recordar lo que Cristo hizo, sino de hacerlo hoy, porque hoy Cristo nos da su cuerpo hoy, Cristo nos da su sangre, ese es el sentido del memorial cristiano, vivir hoy lo que antes fue y que continúa para siempre en medio de nosotros, -recalcó.
Y al enunciar las palabras de Jesús, que ordena: Hagan esto es conmemoración mía, queda instituida la orden para que los apóstoles se conviertan en los primeros ministros de la Eucaristía, es decir que en esa ocasión, también se instituyó el sacerdocio.
“La iglesia necesita de la eucaristía para vivir y necesita también del sacerdocio para vivir, porque no hay iglesia sin eucaristía, ni hay sacerdocio sin eucaristía”, recalcó el prelado, quien subrayó que Jesús instituyó ese doble Sacramento para que la iglesia viva hoy y siempre dependiendo de este alimento que el señor nos da a través de las manos de sus sacerdotes. Además se recordó que también se instituyó el Sacramento nuevo del amor, y en este sentido hizo un llamado para esforzarnos en imitar a Jesucristo en su forma de amar.
Texto y foto: Manuel Pool