Al oficiar la misa por el “Miércoles de Ceniza”, que marca el inicio de la Cuaresma, el obispo auxiliar Pedro Mena Díaz explicó que en este tiempo litúrgico se debe ayunar y dar limosna, pero que los alimentos que no se coman por la abstinencia deben regalarse a los que menos tienen.
En la Catedral de San Ildefonso, el obispo auxiliar, en representación del arzobispo de Yucatán, Gustavo Rodríguez Vega, quien se encuentra en El Salvador, tras sufrir una infección por una bacteria, indicó que también hay que ocuparnos del medio ambiente, de la cultura de la higiene, poner la basura en su lugar y cuidar los árboles.
“Hay que evitar el jardín se transforme en un desierto, la codicia insaciable, que considera todo deseo como un derecho, recuerden hermanos el ejercicio de ayunar, orar y dar limosna es Cuaresma aprender a sufrir del amor, orar para saber renunciar a la idolatría y a la autosuficiencia de nuestro yo, necesitados del Señor y de su misericordia, dar limosna para salir de la codicia”, explicó.
Indicó que el que es misericordioso debe tener un corazón fuerte, firme, abierto a Dios, un corazón que se deje impregnar por el Espíritu Santo, en definitiva, un corazón pobre que conoce su pobreza y lo da todo por el otro.
“Iniciamos un nuevo tiempo de Cuaresma que nos invita estas palabras de San Pablo, la invitación a la pobreza, a una vida pobre en sentido evangélico el camino Cuaresmal ha de ser sinodal, es individual, personal, además, comunitario. Cristo se hizo pobre por nosotros, el estilo de Dios es la debilidad y la pobreza siendo rico se hizo pobre, que gran misterio la encarnación de Dios y la razón de todo esto es el amor de Dios padre, el amor nos hace semejante, crea igualdad, derriba los muros y las distancias”, señaló.
Refirió que Jesús trabajó con manos de hombre, pensó con inteligencia, obró con voluntad de hombre, amó con corazón de hombre, nacido de la Virgen María fue semejante a nosotros excepto en el pecado, su modo de amar de estar cerca de nosotros. “Cristo cargó con nuestras debilidades y pecados, la única la tristeza es no ser santos, hay única y verdadera miseria y no vivir como hijos de Dios y hermanos de Cristo”, dijo.
El presbítero recalcó que la Cuaresma es un tiempo adecuado para preguntarnos de que debemos privarnos para ayudar a otros con nuestra pobreza, la verdadera pobreza duele, no sería válido un despojo sin esta dimensión penitencial, desconfiemos de la limosna que no nos cueste y no nos duela.
“Tu amor al prójimo es la medida de tu catolicidad, la Cuaresma es un tiempo de renovación para la Iglesia, comunidades, de gracia Dios no nos pide nada que no nos haya dado antes, nos conoce por nuestro nombre, sucede que cuando estamos bien nos olvidamos de los demás, no nos interesan sus problemas y sufrimientos, la indiferencia es un malestar que debemos afrontar como cristianos”, apuntó.
Afirmó que hay que servir por Cristo y llegar a ser como él, con Jesús no podemos ser indiferentes, pertenece a un sólo cuerpo, si un fiel sufre la Iglesia lo siente, las necesidades de los demás demuestran la fragilidad de la vida.
Agradeció al papa Francisco por nombrar al nuevo obispo auxiliar Mario Medina Balam, cargo que asumirá el viernes 14 de abril de este año. “Que la luz de Cristo disipe las tinieblas del corazón”, manifestó.
Posteriormente, decenas de fieles recibieron la cruz de ceniza en la frente, con el que son perdonados sus pecados y ahora se prepararán para la Semana Santa.
Texto y foto: Darwin Ali