En la vida y en la cancha

Mary Carmen Rosado Mota
@mary_rosmot
latribunaesnuestra@gmail.com

Este fin de semana se conmemoró en nuestro país el día destinado para reconocer el trabajo que hombres y mujeres realizan en pro de la educación de la niñez y juventud. Cuántos recuerdos no conservamos de quienes nos acompañaron en el aula y nos compartieron un sinfín de conocimientos, algunos consejos provenientes de experiencias, pero con el firme compromiso de ayudarnos a formar nuestro futuro.

Pero en este reconocimiento a la docencia, también hay que destacar el trabajo que se hace para acercar el deporte a tempranas edades; desde la educación física que debe fungir como ese primer contacto para reforzar las habilidades físicas y motoras tan necesarias conforme vamos creciendo. Hasta enseñarnos de primera instancia los distintos deportes y lo importante que es la actividad física para nuestro día a día.

En el bachillerato y la universidad igual podemos encontrarnos con profesores que, desde distintos enfoques, nos comparten el quehacer del deporte y su vínculo con la ciencia. Ya sea para mejorar una lesión, aprender a fortalecer nuestra mente, darle difusión a los eventos deportivos o, incluso, desarrollar investigaciones que nos permitan comprender más algunos de los fenómenos sociales que se relacionan con el consumo de determinada disciplina deportiva.

Por supuesto que tampoco podríamos dejar de lado a tantas y tantos entrenadores que dedican todo su tiempo en dotar de las bases técnicas que requieren los atletas para su desarrollo deportivo. Ya sea en el deporte de iniciación con niños y niñas que apenas van descubriendo su gusto por el deporte, hasta aquellos que se encargan de encaminar el talento de futuras estrellas de esta industria.

Así que desde la trinchera donde estemos reconozcamos la dedicación de los docentes, que va más allá de las horas en las que coincidimos en la escuela. Que procuran brindar experiencias enriquecedoras a sus estudiantes con el propósito de que mejoren, no solo en una calificación, sino también en la vida misma. Aquellos que nos enseñan de responsabilidad, del compromiso con la sociedad pero también nos enseñan a pasar un balón o hacer un bloqueo junto a la red.

Ojalá que se apueste más por la educación combinada con el ejercicio y la actividad física, que sin importar el nivel educativo comprendamos que siempre será necesario poner en movimiento nuestro cuerpo y cuidar tanto de nuestra salud física como mental. Gracias a quienes, incluso sin la retribución merecida, asumen el reto que conlleva esta profesión entendiendo que en la vida y en la cancha nunca dejamos de aprender.