Al interior de las empresas mexicanas también se practica la corrupción por varias razones, pero la principal es por “imitar al patrón”, fallas en los procesos antifraudes y por no dar seguimiento a los empleados desleales despedidos, quienes se acomodan con la competencia, afirmó María Fernanda Zenizo López, presidenta del Comité Técnico Nacional Anticorrupción del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF).
Anteayer, en el Primer Foro Estatal Anticorrupción de la Coparmex Mérida, Zenizo López sorprendió a los empresarios presentes con dos preguntas: ¿Quién ha pagado un soborno en su vida y por su empresa? y ¿Quién se considera honesto?
En la primera pocos levantaron la mano y en la segunda se vieron algunas sonrisas nerviosas por todos lados y nadie la levantó.
La especialista lo explicó así: El 82% de las compañías en México consideran que las prácticas de soborno y corrupción ocurren de manera común al interior de la organización empresarial.
Ahora bien, todo ello se configura por una simple razón: el empresario común no sale de su casa sin leer las noticias y va a su trabajo escuchando noticias en la radio.
–Y todo lo que lee y escucha es sobre corrupción e impunidad, y más ahora que acaban de pasar las elecciones, entonces llega a la conclusión que le han visto la cara, por lo que cuando llega a la misma da indicaciones a sus empleados de contabilidad que hagan todo para no pagar impuestos. Es allí donde da luz verde a la corrupción en su misma empresa, ya que ese trabajador comenzará a preguntarse si puede o no robarle a su patrón, ya que ladrón que roba a ladrón—explicó.
Para revertir todo ello hay un solo camino: la ética empresarial.
– Esteban Cruz Obando