Los especialistas realizarán un ciclo académico para dar a conocer un panorama y la urgencia de mejorar los tratamientos de lodos
El crecimiento de la ciudad, derivado de las condiciones de paz y seguridad que imperan en la entidad, y que atraen el interés de establecer negocios o de radicar en la capital yucateca, implican todo un reto en el tema de la prevención de la contaminación, especialmente por el hecho de que Mérida no cuenta con un sistema de drenaje, y que es mínimo el porcentaje de las viviendas que estarían dando el debido tratamiento a sus aguas residuales.
A todo lo anterior se suma la llegada de nuevas y grandes empresas de tipo industrial, que trabajan con materiales contaminantes como gasolinas, thinner, aceites y demás productos hidrocarburados, cuyos desechos por ningún motivo deben de verterse al manto freático.
Preocupados por esta realidad, los integrantes del Colegio de Ingenieros Químicos de Yucatán, y su presidente Alan García Lira, organizarán el ciclo académico denominado: “Las aguas residuales, las tecnologías y las plantas de tratamiento en Yucatán, análisis y actualización en la prevención del crecimiento industrial y de servicios de Yucatán”.
El evento, que estará a cargo del ingeniero químico Luis Pantí Peralta, será transmitido vía internet, a partir de mañana, y en él se atenderán varios tópicos entre los que se destacan la normatividad que rige al agua y a los cuerpos receptores de las descargas, las nuevas tecnologías en los tratamientos de las aguas residuales, el mejoramiento de las plantas de tratamiento y los beneficios que aporta a la salud de los pobladores y sus actividades económicas el hecho de cumplir con las leyes y normas en la materia.
En rueda de prensa celebrada ayer se destacó que en Mérida solo el 20 por ciento de las viviendas cuenta con fosa séptica y de éstas muy pocas personas dan el mantenimiento, por lo que de manera general, las descargas de aguas residuales de tipo sanitario se inyectan al subsuelo, comprometiendo la calidad de este vital líquido, por ello dijeron es urgente impulsar una cultura general de tratamiento de aguas residuales.
—El foco rojo está en granjas y en las antiguas colonias de Mérida donde ni siquiera se limpian las fosas sépticas, porque en los nuevos fraccionamientos, por ley se les obliga a que cuenten con plantas y sistemas de drenaje. Somos uno de los estados con mayor cantidad de agua, pero el reto es no contaminarla, y para ello los ingenieros químicos, civiles y arquitectos, debemos de actualizarnos con nuevas técnicas para la construcción de plantas de tratamiento para que tengan un mejor rendimiento y también para cuidarlas y darles mantenimiento —dijo García Lira, quien explicó cómo lavanderías que no dan tratamiento a sus aguas residuales las vierten contaminadas con detergentes, blanqueadores y suavizantes.
En este sentido detalló que solo el 3 por ciento del sector industrial cuentan con plantas de tratamiento y que algunas inclusive están en proceso de regularización.
Por ello es importante que quienes las operan tengan la capacitación necesaria para no cometer errores, más que por el tema de las multas que les puede imponer la Semarnat, por el daño ecológico.
—Es importante tomar conciencia de que no hay que descargar el agua en malas condiciones al manto freático, porque al final, terminaremos consumiéndola —concluyó.
Texto y foto: Manuel Pool