¿Eres alérgico a la fruta? Evita sus molestos síntomas

Son muchas las personas que sufren alergia a la fruta, uno de los grupos de alimentos indispensables en la alimentación. Las frutas contribuyen al equilibrio alimentario gracias a su contenido en fibra, vitaminas y minerales. Un hecho que las hace tan importantes es que son prácticamente el único grupo de alimentos, junto a las verduras, que aporta vitamina C a la dieta (si excluimos los alimentos elaborados enriquecidos). Afortunadamente, la amplia variedad de frutas de las que disponemos hoy en día nos permite incluirlas en nuestra alimentación diaria en función de nuestros gustos, poder adquisitivo y tolerancia a alguna de ellas.

Alérgenos y prevalencia de la alergia a la fruta

Las frutas, como muchos otros alimentos, presentan componentes que pueden desencadenar alergias en personas sensibles a estos elementos. El sistema inmunológico se encarga de defender a nuestro organismo de las agresiones externas; en ocasiones hay compuestos externos que no son peligrosos, pero el cuerpo los interpreta como tal, desencadenando una reacción alérgica.

Según datos de la Asociación de Alérgicos a los Alimentos y al Látex, el porcentaje de reacciones alérgicas a las frutas en niños es de un 11%, mientras que en los mayores de cinco años la alergia a la fruta pasa a ser la más frecuente con un 37% del total de alergias a alimentos.

Los alérgenos presentes en las frutas son proteínas con diferentes funciones que el sistema inmunitario interpreta como un componente nocivo. Las frutas rosáceas (manzana, albaricoque, ciruela, nectarina, fresa, pera o cereza, entre otras) inducen el 70% de todas las reacciones alérgicas a frutas, siendo el melocotón la que con más frecuencia provoca alergia. La mayoría de personas que manifiestan alergia a una fruta perteneciente a la familia de las rosáceas también la tienen al melocotón.

Las frutas que comúnmente causan más alergias son: el melocotón, el kiwi, la fresa, el melón, el tomate, el plátano, el aguacate, la manzana, la cereza, la uva, el albaricoque, la pera, el higo, y la papaya. El mango, la sandía, la piña, el coco, el lichi, el persimón, la granada o la acerola son otras de las frutas que pueden causar reacciones alérgicas.

Síntomas

Es importante considerar que un mismo alérgeno puede producir reacciones de diferente grado, de ahí que la sintomatología de la alergia a la fruta no tenga por qué ser igual siempre. Por eso, aunque las reacciones anteriores hayan sido leves, conviene no confiarse. De la misma manera, hay personas que con poca cantidad de alérgeno presentan síntomas de alegia a la fruta rápidamente, y otras que necesitan mayor dosis de alérgeno.

En general, las reacciones alérgicas ocasionadas por frutas aparecen de forma rápida, por lo general dentro de la primera hora en la que se ha ingerido la pieza, y se conocen como síndrome de alergia oral, donde se presentan picores en la boca y en la garganta, que pueden llegar a  acompañarse de edema o incluso hinchazón de los labios o la laringe. En personas muy sensibles, es posible que los cuadros alérgicos presenten síntomas más importantes, de ahí la importancia de un buen diagnóstico por parte de un alergólogo y una dieta absoluta que evite el alimento en cuestión.

En personas con una alta sensibilidad a alguna fruta puede aparecer urticaria o irritación en la piel simplemente al tocarla. Los problemas intestinales son otro posible síntoma en estos pacientes, que tras ingerir la fruta de forma involuntaria pueden acabar con vómitos, diarrea o dolores abdominales.

Tratamiento

El tratamiento de los síntomas de la alergia a la fruta deberá ser siempre el prescrito por el alergólogo. Las alergias alimentarias raramente se curan, por lo que, a parte de tratar la sintomatología con fármacos, se debe excluir el alimento o alimentos causantes del problema. En el caso de la alergia a la fruta, es fundamental evitar su consumo directo, pero también aquellos alimentos que las presenten como ingrediente (mermeladas, yogures, repostería, etcétera).

La introducción de las frutas exóticas, así como de los frutos rojos a una edad demasiado temprana en los niños, puede desencadenar la aparición de alergias, por ello es importante respetar bien los tiempos de introducción de alimentos que paute el pediatra.

Consejos para alérgicos a la fruta

Leer detenidamente las etiquetas de los alimentos: algunos de ellos pueden llevar fruta en forma de  ingrediente o aroma (yogures, pasteles, helados, repostería, cereales, chocolate y gelatinas).

Si se es alérgico al polen, hay que estar atento a posibles reacciones cruzadas. La vacunación frente a la alergia al polen puede mejorar la de las frutas relacionadas.

Si se es alérgico al aguacate, plátano o kiwi, se debe vigilar la aparición de reacciones al contacto con el látex. Llevar una chapa o placa identificativa en la que se indique que se es alérgico al alimento en cuestión, así como llevar encima antihistamínicos o adrenalina/epinefrina autoinyectable en aquellas personas con alergias moderadas-graves (siempre en función de la pauta marcada por el alergólogo).

Dado que algunos alérgenos de las frutas se encuentran en la piel, es recomendable tomarla pelada.

No olvidar otras formas en las que se nos pueden presentar las frutas, como las frutas desecadas (pasas, orejones) y las escarchadas, que también podrían dar lugar a alergias.

Agencias

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