¿Es sano ceder en las relaciones de pareja?

René Emir Buenfil Viera 
psicrenebuenfil@gmail.com

1.-Las relaciones de pareja no son relaciones ni de poder ni de control, ¿ceder implica cambiar la dinámica de tu relación hacia un desequilibrio de poder? Quizá cuando una persona es la que cede o termina cediendo más. Es decir, si una persona se acostumbra a ceder la mayor parte del tiempo ante su pareja se va generando una desigualdad donde la opinión, los gustos y las necesidades de una persona se ponen por encima de la otra cotidianamente, vamos, una persona termina beneficiándose más, y claro que se acostumbra a la buena vida aunque se dé cuenta de las desventajas que esto pudiera llegar a tener, y la otra persona termina anulándose, postergándose o quedándose sin voz, resignada a que sus puntos de vista, deseos o peticiones no sean tomados en cuenta, o sean minimizados, es una dinámica de relación donde se genera esa costumbre, hasta que quien cede ya no puede más y estalla.

2.-Llegar a acuerdos que impliquen encontrarse en el medio sí implica ceder, pero de ambas personas al mismo tiempo, y las personas ceden lo que quieren ceder, cada quien decide cuáles son sus límites y sus no-negociables, y aunque quizá ambas personas pueden intentar influir en la decisión de la otra y persuadir con sus argumentos según su lógica de lo que es lo mejor para las dos personas, tampoco tendría por qué haber coerción, manipulación ni chantaje, nadie está buscando hacerle manita de puerco a nadie para obligar a la otra persona a hacer algo que no quiere o desea. Incluso puede haber personas que justifiquen su insistencia y la presión que le imponen a su pareja en que “yo sé lo que es mejor para nosotros(as)”, pero esto tal vez venga acompañado de ego, de sentirse superior o de poca empatía, no hay que ser ventajistas.

3.-Cuestionar el discurso tradicional sobre las parejas donde se anima a ceder por el bien de la relación no significa llevar las cosas a un extremo ni a una prohibición de nunca ceder bajo ningún motivo, razón o circunstancia, más bien implica poder modular o graduar nuestra capacidad de ceder, entendiendo que a veces puede ser la mejor opción, y en otras ocasiones lo más absurdo o perjudicial, y es sano desarrollar la capacidad de la inteligencia emocional de saber escoger tus batallas con base en el bien y la estabilidad de la relación, más allá de fines individualistas o egoístas. Se puede aprender haciendo, y se vale cometer errores en el proceso, es más se espera que cometamos errores, porque no somos robots, y es de sabios(as) cambiar de opinión, y ser flexibles y abrirse a nuevas posibilidades. Si ceder es lo único que sabemos hacer, nos quedamos cortos(as) para enfrentar los retos que la vida nos ponga.

Así que si estás acostumbrado(a) a ceder en tu relación de pareja, la próxima vez que por costumbre lo vayas a hacer, toma consciencia y reflexiona si es la mejor opción para estar bien en la relación, o si estarías cayendo en patrones repetitivos que les perjudican, o en los que tú te sacrificas, ¿a cuenta de qué?