“Espita de mis Amores” es el título de una obra en la que se combinan las imágenes de Olaf Raymond Benold, y los textos del ingeniero Raúl Monforte González, para mostrar las costumbres y tradiciones de los habitantes de este Pueblo Mágico ubicado al oriente del estado.
La belleza de los bordados elaborados por las hábiles manos de las mujeres espiteñas, con la técnica del Xocbichuy o “Hilo contado”, que con sabiduría, amor y paciencia, se transmite de una generación a otra; una tarde disfrutando del pan que por las calles pregona el vendedor, ahora a bordo de un triciclo; o una noche de vaquería en la Plaza Principal, se plasman de las páginas de este libro.
“Olaf ha tenido la sensibilidad de capturar con total transparencia y nitidez la alegría, cultura y valores de una comunidad viva que se enorgullece de su pasado, que construye dignamente su presente y se proyecta con dinamismo hacia el futuro”, dijo el actual presidente de la Delegación Yucatán de la Cámara Nacional de la Industria de la Construcción (Cmic), quien vivió su infancia y juventud en Espita.
La “Atenas de Yucatán”, como también se le conoce, es poseedora de una invaluable herencia cultural y artística que recibe con orgullo de sus antepasados: músicos, pintores, poetas, cantantes, escritores,maestros médicos, empresarios, políticos y personas de las más diversas profesiones y disciplinas.
En efecto, este material está dedicado con mucho cariño para todos los espiteños, tanto para los que permanecen, y que evocan la gloria de otros tiempos como un sólido cimiento de un futuro promisorio que se construye con la alegría, pasión, dedicación y ánimo contagioso, pero también para los que en algún momento emigraron buscando mejores oportunidades.
“Quienes han partido, añoran siempre regresar, y por lo general lo hacen, ya sea por unas horas, unos días o para siempre, y en ese regreso se encuentran a sí mismos con nuevas emociones, despertando sentimientos que parecían olvidados, descubriendo en la imágenes de hoy, anécdotas del pasado, vivencias del presente y el gran potencial del futuro”, comentó Monforte González.
Uno de los aspectos que en este libro no se podía dejar pasar es el fervor y la devoción que la población tiene por el Niño Dios, cuyos festejos de realizan en diciembre, iniciando con la vaquería, el día 19, y precisamente en este libro, se dedica un capítulo especial a esta fiesta.
Gracias a la narrativa del ingeniero Monforte González, podemos hasta sentir el aroma de los condimentos y el disfrutar del ambiente de una mañana en el mercado, al que la clientela llega desde diversos puntos de la población a bordo de los ya tradicionales mototaxis, que se han convertido en parte del paisaje urbano.
En la obra, que se presenta con imágenes a todo color, no podía faltar un capítulo dedicado al romanticismo, ya que Espita es cuna de destacados poetas, compositores, músicos y otros artistas. Así es que la costumbre de enamorar entre los arrullos de la música y las voces de los trovadores sigue presente en las parejas.
Hoy, Espita aspira a recuperar el brillo del pasado, y sus habitantes de enorme nobleza y fe, siguen mirando con esperanza el futuro.
“La comunidad no sólo conserva sus costumbres, aficiones fortalezas y tradiciones, sino que las llena de un nuevo significado al vivir y compartir los valores identidad y el modo de vida de los espiteños de hoy y de siempre”, puntualizó el autor.
Datos a destacar
* En Espita destaca la belleza de los bordados a mano de las mujeres locales, con la técnica del Xocbichuy o “hilo contado”.
* Una tarde disfrutando del pan que por las calles pregona el vendedor, ahora abordo de un triciclo.
* Una noche de vaquería en la Plaza Principal.
* Se le conoce igual como “Atenas de Yucatán”.
* La población tiene gran fervor y devoción por el Niño Dios.
* Cuna de destacados poetas, compositores, músicos y otros artistas.
Texto y fotos: Manuel Pool