Está cerca el reino de Dios

 

Jesucristo, al inicio de su vida pública, empieza predicando con las siguientes palabras: “Se ha cumplido el plazo, está cerca el Reino de Dios, convertirse y creer”. (San Marcos)
Este reino de Dios del cual habla Jesucristo es una imagen de lo que promete a los que le siguen. Por eso, en la figura de Jesucristo Rey, al Reino de Dios podemos definirlo como la comunión de santos (en latín, sanctorum dei communio) es la unión espiritual de todos los cristianos, vivos y muertos. Comparten un solo cuerpo místico con Cristo como cabeza, en el cual, cada miembro contribuye al bien de todos y comparte los bienes con todos.
La iglesia es la asamblea de todos los santos. Como todos los creyentes forman un solo cuerpo, el bien de los unos se comunica a los otros. Cristo es el miembro más importante como la cabeza de este cuerpo, así Cristo es comunicado a todos los miembros, y esta comunicación se hace a través de los sacramentos. La iglesia está gobernada por un solo y mismo Espíritu.
Lo anterior es sólida doctrina de la Iglesia sustentada en las Sagradas Escrituras, la Tradición y los Concilios. La doctrina es una palabra que hace eco en muchos, les suena a una palabra arcaica, retrógrada, que amenace a su libertad.
Sin embargo, doctrina es un conjunto de verdades basadas en principios sólidos y evidentes, todo sistema filosófico tiene su doctrina, por eso debemos fijar en las cualidades de las verdades que agrupa cada sistema; la doctrina de la Iglesia es coherente, pues no ha variado en 2000 años, aunque sí ha evolucionado incorporando los conocimientos nuevos que la ciencia aporta.
Otras cualidades de la doctrina católica son completa e integral. No solamente propone una serie de verdades, sino que desde el principio ha enseñado a la humanidad a vivir de esas verdades aplicándolas a la vida diaria, además proporciona los medios para vivir dichas verdades.
Ejemplo de esto fueron las palabras del Papa Francisco en Lima, que nos invita a evitar la corrupción: “Unidos para defender la esperanza, nadie puede resultar ajeno a este proceso; la corrupción es evitable y exige el compromiso de todos”. La degradación del medio ambiente, lamentablemente, no se puede separar de la degradación moral de nuestras comunidades”.
Por eso la importancia del buen ejemplo ante la sociedad, los católicos tenemos ese compromiso moral con Dios y con nosotros mismos, no se trata de conducta farisaica y darse golpe de pechos, sino al contrario una conducta que agrade a Dios, que está en todas partes. Por eso debemos de evitar juzgar y condenar al hermano porque eso es fácil, lo difícil es ver nuestro interior para darnos cuenta si de verdad somos dignos de servir en el Reino de Dios.

 

Por Roberto Atocha Dorantes Sáenz*
robertodorantes01@gmail.com

* Ejecutivo de ventas, pero ante todo un hombre de fe inquebrantable. Experto en teología y filosofía.

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