René Emir Buenfil Viera
psicrenebuenfil@gmail.com
Los límites sanos contribuyen al bienestar de las parejas, se pueden ver al decirle no o ponerle un alto cuando sientes que está invadiendo tu espacio personal, o que te quiere controlar o limitar con quién sales, o cuando te revisan el celular. Y un tema muy común en la terapia es que algunas personas se acostumbran a ceder ante su pareja, un poco resignadas a preferir eso en lugar de tener una conversación difícil, con tal de llevar la fiesta en paz, según esto. A veces incluso mienten, o dicen verdades a medias y no quieren platicar de ciertos temas o algo que pasó que saben que va a generar una discusión con su pareja, se quieren ahorrar el trago amargo, y quizá a lo mucho lo que están logrando es aplazarlo, pero al final los pleitos llegan tarde que temprano.
¿Es buena idea huir de las discusiones con mi pareja? Lo que considero más útil es saber elegir tus batallas, saber por qué temas o situaciones vale la pena echarse un round y con cuáles no, ya que muchas parejas llegan a terapia hablando de que está muy desgastada su relación de tanto pelear, pero ni siquiera recuerdan los motivos o dicen que son por detalles insignificantes. Quizá es una excelente idea evitarlo cuando hay antecedentes de violencia y el subir de tono la conversación pudiera poner a alguien en riesgo de lesiones o feminicidio.
No sé si vale la pena callarse o ponerse como última prioridad con tal de sostener una relación, no creo que sea parejo que tu voz no sea tomada en cuenta, escuchada y valorada en tu propia relación ¿Qué clase de pareja necesitas a tu lado? Si es alguien con quien no se puede tener una conversación pacífica, alguien que saca las cosas de proporción, una persona que por más que intentas buscar soluciones sigue en una espiral hacia abajo de negatividad y pesimismo, que su primera reacción es pensar mal, o que está a la defensiva todo el tiempo, vale la pena preguntarse si es conveniente o no continuar la relación.
Evitar la confrontación con tu pareja es evitar confrontarte, no quieres discutir porque tienes miedo de terminar la relación, porque todavía no estás listo (a) para dar ese paso, tal vez porque no te sientes con la seguridad y confianza en tí mismo (a) para enfrentar a tu pareja, porque siempre termina volteándote el asunto y echándote la culpa, o porque termina convenciéndote con manipulación o chantaje para que se haga su voluntad y no la tuya, porque no hay la suficiente disposición hacia construir un nosotros (as) y dejar atrás los individualismos, de encontrarse en el medio y priorizar la colaboración y el trabajo en equipo.
Si lo que necesitas para discutir pacíficamente con tu pareja son herramientas de inteligencia emocional, habilidades conversacionales y empoderamiento para alzar tu propia voz y pararte por tus propios pies con la firmeza necesaria, en terapia psicológica te acompaño a desarrollar estas competencias relacionales para una comunicación asertiva y efectiva que abra nuevas posibilidades.
