Las zarigüeyas son esenciales para el mantenimiento de los ecosistemas, porque ayudan a controlar poblaciones de roedores, pequeños reptiles, anfibios e invertebrados, además de que son efectivas dispersoras de semillas que favorecen la expansión de la vegetación, señaló el responsable del departamento de salud animal y medicina preventiva de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady), Antonio Ortega Pacheco.
En ese sentido, “no agredir a estas especies” es el llamado del profesor de la Uady, ya que en los últimos meses se han presentado casos de maltrato a este animal que es de gran beneficio para el medio ambiente porque es depredador de varios insectos como el pic (transmisor del mal de Chagas), así como de serpientes venenosas.
Adaptación
Estos marsupiales han aprendido a adaptarse a los entornos urbanos y vivir cerca de espacios poblados. Si bien estos animales son inofensivos, culturalmente han sido estigmatizados y son atacados en espacios rurales y metropolitanos.
Es muy importante que la población sepa que las zarigüeyas no quieren atacar a los humanos, solo se acercan porque buscan alimento y refugio, por lo que se recalca que cumplen labores fundamentales para el equilibrio de los ecosistemas, por lo que es necesario protegerlas.
Fuente de alimentación
Es necesario conocer que los residuos sólidos son su fuente de alimento, por eso es necesario mantener la basura de las viviendas en un recipiente bien tapado para que no se sientan atraídas.
También es muy importante que se evite alimentar estos animales y tampoco se debe atraerlas y quitarles la aversión por los humanos, porque se pueden generar problemas zoonóticos.
Precauciones
Debemos tener en cuenta que los techos y cielorrasos pueden ser refugios llamativos para ellas. Por eso se deben cerrar los accesos a estos espacios, con mallas, madera o con otros elementos.
En las viviendas que tengan espacios verdes cercanos, es necesario podar el césped que rodea las casas con una distancia de uno o dos metros alrededor. Esta práctica evitará que las zarigüeyas y otros animales silvestres se acerquen, ya que se sentirán desprotegidos.
¿Cómo ahuyentarlas sin dañarlas?
Una práctica que funciona es ahuyentarlas con luces o aspersores de agua que se activen con movimiento. Además, cuando se cepilla a los perros o gatos se puede usar el pelo para marcar territorio, regándolo cerca de la vivienda para ahuyentarlas.
datos a destacar
Estos marsupiales han aprendido a adaptarse a los entornos urbanos y vivir cerca de espacios poblados. Si bien estos animales son inofensivos, culturalmente han sido estigmatizados y son atacados en espacios rurales y metropolitanos.
Es muy importante que se evite alimentar estos animales y tampoco se debe atraerlas y quitarles la aversión por los humanos, porque se pueden generar problemas zoonóticos.
Texto y fotos: Andrea Segura