Dos exgobernadores tenían un espacio junto a Xóchitl Gálvez, la precandidata única del Frente Opositor, dado que sus respectivos partidos forman parte de esa coalición: el PRI y el PRD. Sin embargo, no encontraron manera de acomodarse.
Uno es Silvano Aureoles, quien anunció hostilidad dentro del Frente Opositor, el otro es Eruviel Ávila, a quien Alejandro Moreno, también señalado por corrupto, le cerró las puertas. Ahora, Ávila está tocando la puerta de Claudia Sheinbaum, la precandidata única de Morena, el oficialismo. Pero no son los únicos.
Un grupo de exmilitantes del PRI, con importantes señalamientos de corrupción y agresión a periodistas, anunciaron ayer la creación de un “Frente Progresista” para apoyar a Sheinbaum. Se trata del exgobernador mexiquense Eruviel Ávila, quien fue acusado de operar en la elección de 2017 en contra de Morena, cuya gestión fue señalada en Auditorías por presuntos desfalcos a los recursos públicos de esta entidad y que en 2018 acusado por Artículo 19 inhibir libertad de expresión del periodista Humberto Padgett a quien demandó por 11 millones de pesos.
En este “Frente Progresista” también figuran el alcalde Adrián Ruvalcaba, vinculado a grupos de choque y quien tiene un expediente en la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos cometidos contra de la Libertad de Expresión (Feadle) por agresiones contra medios como SinEmbargo, Aristegui Noticias, entre otros. Una investigación que nunca avanzó.
De igual forma se anunció la participación del exgobernador de Oaxaca, Alejandro Murat, quien dejó su Gobierno con millones de pesos por aclarar e hijo de José Murat Casab, exgobernador de Oaxaca entre 1998 y 2004, uno de los principales impulsores del Pacto por México, en el cual el PAN y el PRD abrazaron las reformas estructurales del Presidente priista Enrique Peña Nieto, y cuya fortuna ha sido objeto de escrutinio como cuando en 2015.
Texto y foto: Agencias