José Paulino Dzib aclara que es importante vigilar a las familias de las personas que se suicidan, pues puede ser genético
Para el responsable del Laboratorio de Psicología Jurídica y Criminología de la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady), José Paulino Dzib, una de las razones por la que los suicidios no bajan en la entidad es que los programas preventivos no se apoyan o monitorean a los familiares de las personas que se suicidaron, y que hay estudios que revelan que existe una carga genética.
“Si un familiar se suicidió, el deudo tiene la posibilidad de esto, por el metabolismo cerebral que tiene, los neurotransmisores que no funcionan adecuadamente, la serotonina, específicamente la hormona monooxidasa A, que es el carro que agarra para que se meta la otra neurona y la afectación tiene una carga genética”, indicó.
Señaló que no se han sumergido a estudiar la predisposición genética que se tiene acá.
“Que se puede concluir, no hay política pública que siente a expertos, se hablan de genetistas, biólogos, sicólogos, psiquiatras, sociólogos, multidisciplinarios que no hagan programas, sino que estudiemos el fenómeno”, aclaró.
Cuestionado que en el caso de Yucatán es contradictorio que se tenga una elevada cifra de suicidios, al ser el estado más seguro del país, José explicó que esto podría no influir demasiado, y como ejemplo explicó el caso de Finlandia, donde se quitan la vida 29 personas por cada 100 mil habitantes, y aquí en México son seis personas por 100 mil habitantes.
“¿Qué pasa? Está fácil la explicación, en Finlandia pasa como los pollitos en la carretera, se va la luz, el hipotálamo deja de producir una sustancia y la persona cae en un estado que se suicida, el problema es bioambiental por luz, es un problema porque no se regulan algunas sustancias del cerebro”, resaltó.
Al realizar un comparativo entre Finlandia, México y Yucatán, explicó que Finlandia es el primer lugar de felicidad, de educación y PIB Per cápita.
El país que más lee es Finlandia, con un promedio de 47 leídos al año por sus habitantes, seguido de Islandia, quien lee 40. Según los resultados del Módulo de Lectura (Molec) 2020, elaborado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en México, se leen en promedio por persona 3.4 libros al año. Por sexo, los hombres leen 3.7 y las mujeres leen 3.2 ejemplares anualmente.
Paulino Dzib alertó que lo preocupante de la incidencia de suicidio en el Estado es que de antes el rango de suicidios era de 16 a 49 años y ahora se tiene caso desde los 10 años y también hay un aumento en personas de la Tercera Edad.
Lamentó que hasta el momento se han quitado la vida más de 120 personas y apenas va la mitad del año.
“Como comenté hace unos años, aumentaría el índice suicida dos años posteriores al covid, porque se iba a ver la realidad, porque durante la pandemia estábamos entumidos, se murió el amigo, hay pérdidas, el problema económico, lo que trae el covid, hay un trastorno sociativo que cuando alguien tiene un alto impacto emocional y no lo quiere registrar y el síntoma aparece dos años después”, recalcó.
Agregó que esto no es algo de “brujos”, sí hay una cantidad de explicación de comportamiento hoy científicamente podemos darle una correlación, una explicación de lo que pasa.
Respecto a que es lamentable que las personas que padecen depresión tarden en ser atendidos para que se les receten antidepresivos, aclaró que es un error asumir que la depresión va de la mano del suicidio, pues es mentira, ya que estudios correlacionales indican que el problema es el bajo control de impulsos, autorregular las emociones es lo que lleva al suicido y no necesariamente un cuadro depresivo.
Cuestionado sobre la iniciativa de Ley sobre prevención del suicidio que presentó el diputado perredista, Eduardo Sobrino Sierra, destacó que es una buena iniciativa, pues pone las bases y es perfectible.
Texto y fotos: Darwin Ail