CIUDAD DE MÉXICO.- La puerta del muro fronterizo entre México y Estados Unidos fue abierta ayer por 20 minutos en la línea divisora de Playas de Tijuana para que seis familias separadas por leyes de países se volvieran a encontrar.
Socorro Martínez viajó desde puebla a Tijuana para ver a su hija por tres minutos, lo cual le dio a su vida una enorme alegría porque anhelaba abrazarla desde hace 18 años cuando ella fue deportada de Estados Unidos a México.
Mencionó que, a sus casi 70 años, el poder ver y abrazar a su hija, es una satisfacción que no tiene precio, porque no hay dinero que pueda pagar esa alegría después de tanto sufrimiento y espera.
Comentó que viajó pensando que iba a ver a su hija y nietos de Estados Unidos a través de las rejas del muro y le dieron la sorpresa que no sólo los vio, sino que también los pudo abrazar y así aprovechar cada segundo que tuvo para permanecer unida a ellos.
Por otro lado, Laura Martínez, residente de Estados Unidos, mencionó que estaba muy nerviosa y contenta porque su mamá le dio el anhelado abrazo que esperaba desde hace muchos años.
Explicó que nació en la ciudad de Puebla pero no piensa regresar a vivir a México, porque no se hallaría a vivir nuevamente en nuestro país, ya que sus hijos de 17, 11 y tres años estudian en Estados Unidos.
Socorro Martínez manifestó que sintió “muy feo” separarse de su hija y que siempre es doloroso estar lejos de sus nietos; considera que no deberían de existir los muros porque causa mucho dolor la separación. Expresó que cuando el gobierno regresa a las personas de Estados Unidos a México debería de ser a las familias completas, no separar a las madres de los hijos porque la vida de una madre sin sus hijos es muy triste.
La unión familiar que existe entre las familias fue presenciada por autoridades, prensa y familias de México y Estados Unidos, todos sensibles por el impactante acontecimiento.
– Excélsior