Filosofía y psicoterapia (I)

Por Mario Barghomz

Suele confundirse a la Psicoterapia con la Psicología, así como a la Psicología con el Psicoanálisis. Y sí, cada corriente o disciplina proceden del mismo tratado o estudio de la conducta humana; todas y cada una de las disciplinas terapéuticas de la mente, amparadas en cada una de sus ciencias, se mantienen a una distancia relativa y necesaria del universo que las convoca.

Concretamente la Psicoterapia, tanto de raíz científica como filosófica, es una tarea que ha venido creciendo por sí misma a partir de los años sesenta del siglo pasado. Década en que, desde su surgimiento, se separó del psicoanálisis freudiano.

Fueron concretamente Albert Ellis, Aaron Beck, Abraham Maslow, Carl Rogers, Fritz Perls y Víctor Frankl, quienes con sus teorías pioneras sobre la salud mental, fundaron los diversos enfoques de la Psicoterapia que hasta ahora conocemos.

Independientemente, por supuesto, de que en nuestro país y el resto de los países latinoamericanos en vías de desarrollo; el ejercicio profesional psicoterapéutico permanezca aún ajeno y lejano a la necesidad de la mayoría y a la cultura misma de las élites que miran con prejuicio, ignorancia y recelo, una práctica que juzgan sólo para locos. Naturalmente también por una ausencia de legado, cultura y educación que los países llamados del tercer mundo, llamados así por su bajo rendimiento económico, la falta de una política menos corrupta y más limpia, una democracia más justa y un nivel cultural más óptimo; no poseen.

Como filósofo; entendí desde muy temprano la función del conocimiento humano, la tarea de la comprensión, la conciencia y el razonamiento en todos sus órdenes (científico, religioso, histórico, educativo, étnico, antropológico, social, cultural…). La Filosofía es la madre de todas las ciencias, tanto de aquellas que son como de aquellas otras que aún no son –diría el maestro Jean Paul Sartré-. Y este reconocimiento le permite ser la raíz de todo aquello que amerite ser estudiado y entendido por ella.

Del griego sophía (sabiduría) y philia (amor), la palabra filosofía significa literalmente “amor por la sabiduría”; es decir, toda buena relación que necesite saberse para entenderse, y a partir de ello comprender el mundo, la vida, la muerte, el amor… al hombre en sí, tanto en su esencia como en su permanencia de su devenir existencial.

En la raíz de este gran árbol de edad milenaria (dos mil quinientos años) está el cimiento de todo el conocimiento del mundo occidental que nos permite indagar, preguntar, dudar, argumentar, buscar y reconocer aquello que necesitamos saber. Tanto, que así como la felicidad es una necesidad natural de acuerdo al postulado aristotélico, el saber también es uno de nuestros destinos humanos, de nuestra meta en la vida; saber de aquello que no entendemos para aclarar, corregir, rectificar y avanzar.

La Psicología es una de estas tareas, donde luego se fundará la Psicoterapia. Del griego Psike (conciencia-mente-alma) y logos (tratado o estudio); la Psicología aparecerá en el devenir del desarrollo humano como una “ciencia de la mente”, como un estudio del comportamiento humano.

El primer gran psicólogo fue Sigmund Freud (padre del Psicoanálisis). Fue Freud quien puso las primeras bases de la Psicoterapia, de los primeros psicoanálisis encargados de estudiar los sueños, la sexualidad y el inconsciente para entender la histeria y los trastornos de personalidad. A Freud le debemos los primeros estudios sobre el “complejo de Edipo”; patología derivada de la relación madre-hijo y de la que Freud había tomado el nombre y la idea de la obra trágica de Sófocles, sostenida en un argumento mítico griego.

Luego de Freud digno es mencionar a Carl Jung, su discípulo, pero también su más cercano crítico en los asuntos sobre el inconsciente, que si bien para Freud eran de índole íntima y personal, para Jung se generaban dentro de lo colectivo, de la historia social que afecta a la persona. Para Jung, toda adicción o vicio, por ejemplo; son el producto de arquetipos externos, implantados como defectos del comportamiento humano en la psique profunda (inconsciente) de la persona.
La de Jung es una psicología analítica, un puente entre la ciencia empírica y la filosofía humanista.

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