El arzobispo de Yucatán, Gustavo Rodríguez Vega, reconoció que decidió denunciar ante la Fiscalía General del Estado (FGE) a los cinco sacerdotes yucatecos que actualmente están acusados de abuso sexual a menores. Declaró que es necesario que las víctimas delaten a sus agresores y advirtió que la iglesia católica no encubrirá a los padres pederastas en la entidad.
Cabe recordar que la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) dio a conocer que son 101 religiosos a quienes se les sigue un proceso ministerial por abuso sexual, de los cuales cinco casos ocurrieron en Yucatán.
En entrevista, Rodríguez Vega sostuvo que desde el año del 2018, la Arquidiócesis yucateca ya cuenta con un equipo interdisciplinario de abogados, psicólogos y sacerdotes especializados en derecho que se encargan de investigar los casos y acompañar a las víctimas en el proceso jurídico en contra de los párrocos abusadores.
Explicó que desde hace unos meses giró la instrucción y quedó estrictamente prohibido que personas ajenas a las parroquias —principalmente menores de edad— puedan quedarse a dormir en la habitación del sacerdote o al interior de la iglesia; “es mejor evitarlo, no sólo por el qué dirán, sino por las tentaciones que se puedan presentar”, comentó.
“Al final debemos entender que un sacerdote es un ser humano y que los niños deben dormir en sus casas; es necesario que las madres y padres de familia tomen sus precauciones normales, como lo hacen con algún vecino, algún maestro, o cualquier otra persona”, advirtió.
Ante un caso de esta magnitud, explicó que el sacerdote acusado será retirado del ministerio; si se descubre que es una acusación falsa podrá volver entrar a la iglesia, pero de lo contrario, si las autoridades determinan que es culpable, “nosotros no lo encubriremos e invitaremos a que más víctimas los denuncien”, reiteró.
— ¿Usted denunció a los cinco sacerdotes acusados de abuso sexual en Yucatán?, se le cuestionó.
— Si, a mí me tocó descubrirlo, y yo tomé la decisión de motivar la denuncia; creo que es la primera vez que ocurre algo así en la entidad, declaró.
— ¿De qué lado está la iglesia, de los agresores o de las víctimas?, se le insistió.
— Debemos estar del lado de las víctimas, debemos saber qué necesidades tienen, cómo apoyarlos para que salgan adelante; así como informar a las autoridades de los casos que nos enteramos, y en su momento acercarnos a los afectados para saber si quieren o no presentar una querella ante la autoridad; a la iglesia no le compete denunciar, sino a las víctimas, explicó.
Dijo que aunque históricamente se ha focalizado la pederastia en contra de la iglesia católica, es un mal que ocurre también en familias, en las escuelas y entre ministros de otras religiones; “todo se ha enfocado en contra de la iglesia católica, y ahora tenemos que aprovecharlo para hacer una verdadera conversión y para bajarnos un poquito del pedestal, somos seres humanos, y podemos cometer graves pecados”, relató.
“Quizá, hace algunos años, había personas que investigaban para buscar las cosas más sucias de la iglesia, pensando que nos iban a hacer mucho daño; sin embargo creo que nos hicieron un bien; porque es bueno que nos purifiquemos de las maldades tan terribles como el abuso de menores”, argumentó el arzobispo.
Sostuvo también que ahora que se ha exhibido hasta dónde puede llegar “la maldad de un sacerdote”, es necesario que la religión católica tomé precauciones, “tenemos que tener cuidado a quien admitimos y cuál es la formación en los seminarios, y a quien acompañamos en el sacerdocio”, añadió.
“Que triste es descubrir un caso de estos, pero a la vez, que bueno es conocerlos; para que el problema pueda eliminarse”, finalizó.
El arzobispo de Yucatán, Gustavo Rodríguez Vega, reconoció que decidió denunciar ante la Fiscalía General del Estado (FGE) a los cinco sacerdotes yucatecos que actualmente están acusados de abuso sexual a menores. Declaró que es necesario que las víctimas delaten a sus agresores y advirtió que la iglesia católica no encubrirá a los padres pederastas en la entidad.
Cabe recordar que la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) dio a conocer que son 101 religiosos a quienes se les sigue un proceso ministerial por abuso sexual, de los cuales cinco casos ocurrieron en Yucatán.
En entrevista, Rodríguez Vega sostuvo que desde el año del 2018, la Arquidiócesis yucateca ya cuenta con un equipo interdisciplinario de abogados, psicólogos y sacerdotes especializados en derecho que se encargan de investigar los casos y acompañar a las víctimas en el proceso jurídico en contra de los párrocos abusadores.
Explicó que desde hace unos meses giró la instrucción y quedó estrictamente prohibido que personas ajenas a las parroquias —principalmente menores de edad— puedan quedarse a dormir en la habitación del sacerdote o al interior de la iglesia; “es mejor evitarlo, no sólo por el qué dirán, sino por las tentaciones que se puedan presentar”, comentó.
“Al final debemos entender que un sacerdote es un ser humano y que los niños deben dormir en sus casas; es necesario que las madres y padres de familia tomen sus precauciones normales, como lo hacen con algún vecino, algún maestro, o cualquier otra persona”, advirtió.
Ante un caso de esta magnitud, explicó que el sacerdote acusado será retirado del ministerio; si se descubre que es una acusación falsa podrá volver entrar a la iglesia, pero de lo contrario, si las autoridades determinan que es culpable, “nosotros no lo encubriremos e invitaremos a que más víctimas los denuncien”, reiteró.
— ¿Usted denunció a los cinco sacerdotes acusados de abuso sexual en Yucatán?, se le cuestionó.
— Si, a mí me tocó descubrirlo, y yo tomé la decisión de motivar la denuncia; creo que es la primera vez que ocurre algo así en la entidad, declaró.
— ¿De qué lado está la iglesia, de los agresores o de las víctimas?, se le insistió.
— Debemos estar del lado de las víctimas, debemos saber qué necesidades tienen, cómo apoyarlos para que salgan adelante; así como informar a las autoridades de los casos que nos enteramos, y en su momento acercarnos a los afectados para saber si quieren o no presentar una querella ante la autoridad; a la iglesia no le compete denunciar, sino a las víctimas, explicó.
Dijo que aunque históricamente se ha focalizado la pederastia en contra de la iglesia católica, es un mal que ocurre también en familias, en las escuelas y entre ministros de otras religiones; “todo se ha enfocado en contra de la iglesia católica, y ahora tenemos que aprovecharlo para hacer una verdadera conversión y para bajarnos un poquito del pedestal, somos seres humanos, y podemos cometer graves pecados”, relató.
“Quizá, hace algunos años, había personas que investigaban para buscar las cosas más sucias de la iglesia, pensando que nos iban a hacer mucho daño; sin embargo creo que nos hicieron un bien; porque es bueno que nos purifiquemos de las maldades tan terribles como el abuso de menores”, argumentó el arzobispo.
Sostuvo también que ahora que se ha exhibido hasta dónde puede llegar “la maldad de un sacerdote”, es necesario que la religión católica tomé precauciones, “tenemos que tener cuidado a quien admitimos y cuál es la formación en los seminarios, y a quien acompañamos en el sacerdocio”, añadió.
“Que triste es descubrir un caso de estos, pero a la vez, que bueno es conocerlos; para que el problema pueda eliminarse”, finalizó.
Texto: El Universal
Foto: Cortesía