Flor

Armando Escalante
Periodista y analista político

El politólogo Leo Zuckerman escribió reciente editorial en la que nos recuerda las cualidades de la hoy precandidata, Xóchitl Gálvez, quien en tan sólo una semana pasó de ser una aspirante a la jefatura de la Ciudad de México para convertirse en la persona favorita de la oposición para las elecciones de 2024. 

Según nos relata el autor en su texto, Xóchitl había nacido en una familia indígena de un pequeño pueblo del estado de Hidalgo. Había sufrido mucha violencia familiar y enorme discriminación por su género. Siempre se caracterizó por ser una alumna destacada. De niña, tuvo que vender gelatinas para ayudar económicamente en su hogar.

El también comentarista de la radio y TeVe, nos cuenta que “en la escuela pública la ayudaron para seguir adelante en su instrucción. Se ganó un premio para venir a estudiar a la capital. Entró a la Unam a la carrera de ingeniería en computación. Vivió en un cuarto de servicio en una azotea. Se graduó y puso una empresa de edificios inteligentes que tuvo mucho éxito económico. Fue entonces que los head-hunters la encontraron y se la recomendaron al presidente Fox”.

“En 2010, Gálvez se lanzó como candidata a la gubernatura de Hidalgo. Comenzó muy abajo en las encuestas. Se estaba enfrentando a la poderosísima maquinaria del PRI hidalguense. Aunque quedó en segundo lugar, logró cerrar la enorme brecha que la separaba del candidato priísta”.

Enseguida reproducimos otros fragmentos del analista Zuckerman:

“En 2015, ganó la elección de jefa delegacional de Miguel Hidalgo, en el Distrito Federal. Se distinguió por ponerle orden al sector inmobiliario clausurando ella misma obras con permisos irregulares o producto de la corrupción. En 2018, se convirtió en senadora. Aunque pertenece a la bancada del PAN, siempre ha demostrado su independencia como una legisladora de oposición muy combativa frente a los abusos de poder de la mayoría morenista.

“Su historia de vida sería la narrativa perfecta para una campaña. Es mujer, indígena y de una familia pobre. Gracias al “aspiracionismo” que tanto critica López Obrador, salió adelante estudiando y trabajando. Toda su vida ha remado a contracorriente. De ninguna forma la podrían tachar como parte de la élite. Al revés, es de los poquísimos casos en México de una mujer pobre que terminó teniendo éxito gracias a un enorme esfuerzo.

“Admiro la historia personal de Xóchitl. Me gusta, también, su sencillez y desparpajo. Increíble verla llegar en bicicleta. Tiene sentido del humor y no se arredra frente a los ataques”.

“Xóchitl tiene todo para cambiar la narrativa de que el 2024 ya está decidido a favor de Morena.

¿Se imagina usted una competencia entre Claudia y Xóchitl?. ¿Con qué cara la primera le podría decir a la segunda que representa los intereses de la élite mexicana?, cuando Sheinbaum crecía cómodamente en un hogar clasemediero de la Ciudad de México, Gálvez vendía gelatinas en un pueblecito para sobrevivir. Esa imagen lo dice todo”.

Hasta aquí las citas tomadas del editorial de Leo Zuckerman que pintan de cuerpo entero a la virtual abanderada de la Coalición Va Por México, cuyo nombre, por cierto, significa Flor en náhuatl. 

A partir de esta semana que terminó, nuestro país recobra la esperanza de poder quitarse de encima el mal gobierno que encabeza Manuel López para reinstalar el respeto a la ley, las instituciones y que no arriesgue la democracia que tanto trabajo ha costado darnos.

El xix.— Si de algo nos puede servir la creciente popularidad de Mauricio Vila Dosal, y, en especial, la ayuda de sus estrategas nacionales e internacionales que comenzaron a posicionarlo como aspirante presidencial, es para empujar en varios frentes a Xóchitl Gálvez, hoy virtual representante de todos los que aspiramos que la pesadilla llamada “populismo” se acabe de una vez por todas y no siga destruyendo el país, al calor de un falso discurso de un no menos falso mesías tropical.