Aunque en Yucatán hay una tendencia a la baja en nacimientos, lamentablemente en embarazos en menores entre los 10 y 14 años se han registrado 127 casos, ante lo cual la activista Ligia Vera Gamboa ve focos rojos y urgió a intensificar las medidas preventivas.
Vera Gamboa destacó que estas estadísticas, proporcionadas por el Consejo Estatal de Población (Coespo), generan alarma y llaman a la búsqueda de soluciones urgentes, ya que la entidad se ubica en los primeros lugares a nivel nacional en abuso sexual infantil.
La entrevistada resaltó que en los últimos meses el Centro de Estudios Superiores en Sexualidad ha trabajado conjuntamente con el Fondo de Población de Naciones Unidas para establecer acciones en la prevención del embarazo en adolescentes, y como parte de estas actividades se agregaron programas como Ferias de la Salud.
Este tipo de violencia tiene muchas formas, no sólo es la invasión física del cuerpo humano, sino que puede incluir actos como forzar a ver imágenes sexuales, el uso de lenguaje inapropiado o incluso pedir o sacar fotos que hagan sentir incómodos a niñas, niños y adolescentes. El abuso sexual infantil en México tiene muchas formas que a continuación se enuncian:
-Exhibicionismo, o mostrarse desnudo(a) ante una niña, niño o adolescente.
-Comunicaciones obscenas a través de llamadas telefónicas, mensajes de texto o redes sociales.
-Producir, poseer o compartir imágenes o películas pornográficas en las que participen niñas o niños.
-Manoseos o caricias.
-Relaciones sexuales de cualquier tipo con una niña, niño o adolescente.
-Tocamientos frente a una niña, niño o adolescente o forzar a que ellas y ellos lo hagan.
-Explotación sexual de niñas, niños y adolescentes.
En ese sentido, Vera hace unos días se organizó una de estas jornadas en Halachó, donde el Coespo preparó un registro que no resultó nada presumible.
“Este año se han contabilizado 127 embarazos en niñas de 10 a 14 años en el estado, de las cuales dos son precisamente de Halachó. Nos llama la atención que de esas 127, el 99% debe ser por abuso infantil y esto es todo un tema que también tiene que abordarse en la prevención del embarazo en adolescencia”, expresó.
Alertó que embarazarse a una temprana edad es un impacto para un cuerpo que todavía está en pleno crecimiento, con toda una serie de riesgos.
La también investigadora resaltó que, desafortunadamente, hay demasiadas condicionantes desde lo cultural, social, lo económico, el género, que nos están llevando a una realidad muy diferente y en ese sentido hay que poner una solución.
“El detalle es que son los familiares o alguien cercano a la niña y esto no se puede seguir permitiendo, más allá que sea algo cultural, por eso hay que trabajar mucho a nivel de las comunidades, para ir cambiando estas tradiciones, costumbres o como le quieran decir, que no puede continuar”, agregó Vera Gamboa.
La violencia sexual contra niñas, niños y adolescentes existe, y es todo contacto y/o actividad sexual donde una persona ejerce una posición de poder sobre ella o él, sin su consentimiento o valiéndose de amenazas, violencia física, psicológica u obteniendo su consentimiento por medio de engaños.
Pandemia
El confinamiento causado por la pandemia impactó en acelerar la comunicación de niñas, niños y adolescentes en plataformas educativas, sociales o esparcimiento en internet. Por ello, es importante mencionar que el abuso sexual infantil no siempre son tocamientos: también puede ser el uso de lenguaje inapropiado, no sólo de manera presencial, sino en la web.
De acuerdo a la Dirección del Centro de Respuesta de Incidentes Cibernéticos de la Dirección General Científica de la Guardia Nacional, en el marco de los primeros meses de pandemia los reportes de pornografía infantil aumentaron en un 73%.
Antes de la pandemia, México ocupaba el primer lugar mundial en consumo de pornografía infantil (PCF,2018), el segundo productor y distribuidor mundial y el primero en América Latina (Ecpat, 2019); entre los países que integran la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde), se ocupa el primer lugar en violencia sexual en contra de niñas, niños y adolescentes (Ocde, 2019).
De acuerdo a organizaciones de la sociedad civil, en México cada año se cometen al menos 600 mil delitos sexuales, y cuatro de cada 10 víctimas son cometidos contra menores de edad.
Según Programas de Aldeas Infantiles SOS México, una de cada 3 niñas y una de cada 5 sufren algún tipo de violencia sexual antes de cumplir los 18 años.
Además, la mitad de delitos sexuales es cometida en el hogar y el 60% de las veces por parte de familiares o personas conocidas, hombres en casi todos los casos.
Uno de los factores que abona al abuso sexual es el hacinamiento y por ese motivo, la alcaldesa de Mérida Cecilia Patrón Laviada dijo que priorizará acciones de vivienda, como es que se cuente con cuartos, y baños, porque se da casos que en una sola habitación viven 3 ó 4 personas.
Se considera hacinamiento cuando más de tres personas viven en una pieza. Hay casos en que las familias no cuentan con un baño dividido y lo hacen en una parte del cuarto, por lo que no hay privacidad.
De acuerdo a la Ceav, el abuso sexual infantil, tiene impactos emocionales y físicos en niñas, niños y adolescentes, los cuáles se enuncian de manera general:
Emocionales:
-Ansiedad y/o depresión, rechazo del contacto afectivo que antes era aceptado, miedo a determinada persona o lugares, manifestaciones de afectos o conocimientos sexuales inapropiados para su edad, insomnio, pesadillas o sueño inquieto, miedo a la obscuridad, en la adolescencia es más común la idea o intento suicida, el ausentismo escolar o el consumo de drogas.
Físicos:
Hemorragias, lesiones y cicatrices en genitales, infecciones urinarias recurrentes, infecciones de transmisión sexual, en algunos casos, embarazo, si una niña, niño y adolescente te cuenta que ha sufrido abuso sexual, es importante:
Mantener la calma, pon atención al relato y cree lo que dice, hablen del hecho a solas y de forma relajada, para darle la seguridad y protección que necesita, ponte en su lugar y escucha atentamente, no pidas que diga más de lo quiera y pueda contar.
También hazle saber que no es culpable, que el único responsable es el agresor o agresora y dile que fue valiente al contarlo, que le sigues queriendo mucho y que le vas a proteger y ayudar a superarlo.
Texto y fotos: Darwin Ail