Fornite es el nombre de un videojuego de disparos que se ha vuelto muy popular entre los niños y jóvenes, tanto al grado que se ha convertido en una adición fuera de control.
Por esta razón es por la que más de noventa padres de familia buscaron la asesoría de un experto en la materia para enfrentar el problema que está ocasionando de entrada un cambio en la personalidad de sus hijos que se compartan de manera agresiva, hostil, irascible, sin interés de generar empatía con sus compañeros.
Al respecto el escritor, investigador, conferencista y coach, José Armando Duarte Pantoja, explicó a Punto Medio que el problema es de carácter universal, ya que se calcula que de manera simultánea más de diez millones de personas juegan “Fornite” que demanda de mucha rapidez en el accionar por lo que en la vida real a los jóvenes y niños ven el trato con sus padres y hasta los contenidos educativos lentos y aburridos.
Posterior al taller que impartió a los preocupados padres de familias en las instalaciones del Club de convivencia católica Mater Dei, el ponente subrayó que son muchas las quejas de maestros y papás en el sentido de que los chicos se la pasan pegados al celular o a la tablet jugando Fornite, lo que va en detrimento de su tiempo de estudio, para realizar sus tareas e inclusive esta es la causa para abandonar la actividad física o cultural y por ende la convivencia social, ya que toda su plática gira en torno al videojuego, que premia la conducta anti social, al que más mata y sobrevive hasta el final.
“Ante este tipo de juegos que parecen inofensivos niños y adolescentes minimizan el riesgo y magnifican los beneficios”, indicó Duarte Pantoja quien pidió a los padres de familia destinar tiempo para acompañar a sus hijos para supervisar el uso correcto de estos dispositivos digitales y que no permitan que se conviertan en huérfanos digitales.
El ponente quien es autor de varios libros encaminados a la unión y al buen funcionamiento, pidió que de la misma manera en la que los gobiernos entregan a los estudiantes tabletas y otros aparatos similares, también ofrezcan la debida capacitación para usarlos.
“En la actualidad el tiempo promedio que el mexicano pasa frente a la pantalla de un dispositivo electrónico es de 8.1 horas, tiempo que si se multiplica por los siete días de la semana permitirían acreditar dos materias de universidad al mes, y sin embargo se bajan y usan muchas aplicaciones innecesarias, por lo que podría decirse que los jóvenes padecen obesidad digital”, comentó.
En este sentido dijo que en las escuelas los alumnos reciben mediante programas de gobierno tabletas o lap tops que emplean para jugar o para ver pornografia tienen un efecto contrario al esperado, pues en lugar de hacer un bien, han ocasionado que los embarazos adolescentes se disparen.
“La política del gobierno es electorera, c va no atiende a las consecuencias que puede ocasionar el mal uso que se le puede dar a estas importantes herramientas tecnológicas que en la actualidad están ocasionando una obesidad digital en la población”, recalcó el ponente quien llegó a la conclusión que la educación es un coto de poder que se termina para unos cuantos que pueden pagar escuelas privadas.
Asimismo considero que la autoridad es omisa a intervenir ante situaciones de este tipo que promueven un estilo de vida violento, como también ocurre en la televisión y otros medios de comunicación por lo que destacó la importancia de que los padres de familia no se detengan a ver qué es lo que ocurre en el alrededor y que en la medida de sus posibilidades se ocupen de dar una educación de calidad y con valores a sus hijos y de esta manera replantear el estilo de vida.
Texto y foto: Manuel Pool
